Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, mayo 31, 2006

Acerado destino

Un cubo de acero en una fragua, sólo eso era. Rodeado de rojo fuego, calor abrasante, vapor de agua, martillos, fuelles, tenazas, dolor y sudor. Tenía todas las posibilidades en manos del herrero: ser parte de la cadena de un ancla o de un esclavo, o unos grilletes, tal vez una llave, o las asas de un ariete. Pero pasaban los días, y nadie lo ponía al fuego, para ser trabajado y moldeado a martillo, calor y frío.

Luego de un par de meses de estar botado en un rincón de escombros, el herrero lo ve y recoge. Si, había llegado la hora de evolucionar, de mutar de fierro a obra. Tal vez fue dejado al final para ser excelsamente trabajado, con lujos y detalles por doquier. Por fin, al fuego y cambiar de gris a rojo, salir de él hacía el yunque y preparar el destino de innoble metal... pero el herrero simplemente tomó el mazo y empezó a martillar una y otra vez, como si lo quisiera hacer crecer, como un cuadrado algo deforme, pero cuadrado al fin y al cabo... Pasan las horas y el martillo simplemente aplana y hace crecer hacia los lados. ¿Qué sería, un plato cuadrado, un espejo, un escudo? Luego toma una especie de gran clavo, con el que hace dos grandes agujeros a un borde; finalmente, el borde contrario es aplanado y martillado hasta ser tan delgado como un cabello. Luego un par de duras piedras aguzan aún más dicho borde.

Qué indigno, tanto esperar para ser simplemente un rectángulo de acero con agujeros por un lado y borde fino por el otro. Y pensar que habría podido hasta acompañar a un rey como espada o arnés o armadura, y ahora era sólo un rectángulo.

De madrugada, es llevado a un carpintero... ¿herramienta? no, es más indigno. Con un par de clavos fijan dos listones de madera a los agujeros, y los montan en un largo riel de madera. Por algún acuerdo, por abajo unos topes anchos de más madera.
Fría noche a la intemperie, gente que empieza a rodear el armatoste de madera con la pieza de acero al medio. Al pasar las horas y amanecer, el espectáculo es enorme, y todos van a ver el plato rectangular en el armazón de madera. Para lucirlo más, con la cuerda lo elevan al tope del armazón.

Los gritos arrecian, y un sucio humano es acercado por dos guardias hacia el armazón. Los gritos se hacen ensordecedores. Pero esas facciones... ¿no es acaso el rey?, ¿acaso la pieza de acero cumplirá su designio sagrado de ser útil a su majestad?

El rey llega al armazón de madera, es tendido en una cama, y su cuello es puesto... esperen, el cuello es puesto entre los topes de madera... Los tambores dejan de sonar, y mientras la hoja de la guillotina lucha por no matar a su majestad, simplemente cae por su propio peso...
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miércoles, mayo 24, 2006

Fruto

Cae al suelo la semilla
simiente de la planta
que da el fruto maldito.
Crece el arbusto del pecado
fuerte, firme, frondoso
tomando la energía de la tierra,
la luz del sol, el agua,
el aire, todo absorbe,
para madurar pronto.
Nace la flor infestada de mal
bella, grande, colorida,
en el tope del arbusto resalta
cual faro guía de buques;
al caer los pétalos,
la tierra muere bajo ellos.
Y por fin empieza a formarse,
firme, rojo, rebosante,
aquel fruto maldito,
esperanza de oscuridad
exaltación de toda perversión.
Ya nadie recuerda
cuando aquel arbusto era bendito
y daba abundantes frutos
plenos del bien y la esperanza;
pero año a año
menos y peores son los frutos
hasta hoy día,
en que cada uno de ellos
además de ser malo
procrea y genera maldad.
Listo y maduro está
su ciclo completado
y presto está para iniciar
su imperio de maldad y perversión.
Puesto que todo llegó a su fin
y no quedan más etapas
sólo falta el paso final:
que el arbusto llamado vida
libere a la tierra llamada Tierra
su fruto terminal...
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miércoles, mayo 17, 2006

Muralla

Un joven hombre y una joven mujer caminan de la mano al lado de la gran muralla. Nadie sabía cuántos siglos llevaba ahí, marcando el destino de las gentes del planeta. Poco se sabía en realidad acerca del porqué de su creación, de su constitución o manutención. Sólo había certeza plena de su altura, pues era medida y vuelta a medir año tras año, y no habría duda ni variaciones: 100 metros de altura. Para todos ellos era parte del paisaje, nacieron viendo la muralla, así también sus padres, y los padres de sus padres por cientos de generaciones. Además de su fin oculto, cumplía muchas funciones para quienes vivían cerca de ella: sombra del verano, techo en el invierno, detener los fuertes vientos y tempestades.

En las cercanías de la gran muralla vivían sólo militares y sus familias, para salvaguardar la única parte del planeta que no provenía, al parecer, de la mano del Padre. La muralla abarcaba todo el perímetro mayor del planeta, dividiéndolo en dos. Pero nunca se había sabido que podía haber al otro lado. Podría ser la otra mitad de la población, estar sobrepoblado o desierto, una raza superior o inferior, o simplemente ser muralla, eterna hasta llegar, por el otro lado, a la misma muralla...

Todos estaban conformes y tranquilos con la muralla, bueno, casi todos... el paseo del hombre y la mujer no era porque sí... Hacía años ya que un grupo de gente había empezado a mostrar curiosidad; luego intriga, y finalmente odio por ese monumento ilimitado al desconocimiento. Ya se habían infiltrado en los distintos ejércitos, y tenían un plan: pacientemente, y luego de un par de generaciones, lograron minar las bases (20 metros bajo tierra) y acumular cientos de ojivas nucleares. Y había llegado la hora: cientos de ellos se inmolarían para lograr destruir ese muro, y que el mundo supiera que había más allá...

La marcha de la pareja continuaba, y de pronto una alarma suena en cientos de relojes al unísono; a los 10 segundos ocurre la detonación: el planeta vibra entero en una sola dirección, cual cataclismo, y, lentamente la muralla empieza a ceder, por todos lados y a la vez... luego de varios minutos, el desplome total. Rápidamente la gente se desplaza al borde de la muralla derrumbada, a ver qué había: un tenebroso y gigantesco abismo vertical interminable; a cierta distancia, se ven sendos monstruos gigantes capaces de devorar aviones y barcos de una sola mascada. Al parecer, la leyenda de Colón, esa de la tierra redonda, era sólo una leyenda...
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domingo, mayo 14, 2006

Contratiempo

Estimados amigos y lectores:

Recién acabo de estrenar nuevo computador, ya que el tarro donde tenía todos mis escritos murió de muerte violenta. Por lo tanto estaré un tiempo sin novedades hasta que tenga textos digitados para compartir con ustedes. Nos estamos leyendo.

Saludos sangrientos

miércoles, mayo 10, 2006

Rojo

Fuego, fuego por todos lados, eso parece el aire, como si todo el ambiente se hubiera teñido de rojos y anaranjados. Estoy recién reaccionando, iba en mi bicicleta por el parque y de pronto... no sé, algo me golpeó, o me aplastó, no lo logro definir, fue por todos lados, como calor, dolor e inconciencia al mismo tiempo. Del parque, su césped y sus árboles no queda nada, sólo humo; el río que corría a su lado ahora era piedras y vapor; mi bicicleta es un montón de fierros y plástico retorcido y derretido. Mi ropa está hecha jirones y me duele todo el cuerpo; aún no puedo enfocar bien de cerca así que no logro distinguir mi piel, pero al ver todo enrojecido, con hilos rojos deformes fluyendo, y eso sumado al dolor, me hace pensar que el panorama no es de los mejores.

Empiezo a moverme por lo que fue mi barrio, y recién caigo en cuenta que detrás del parque había varias torres de departamentos de más de 30 pisos; en su lugar sólo quedan cerros de concreto humeante de no más de 5 metros de altura. Mi vista ya más clara sigue hacia el norte, luego hacia el sur, el este y el oeste, y parece que estuviera mirando siempre al mismo lugar, pues en todos lados es igual: aire rojo, tierra roja, vapor, humo, cemento arrumbado...

De pronto una voz familiar pronuncia mi nombre: no puedo creerlo, aquella joven que tenía de cabeza a todos los hombres del barrio con su belleza, ahora es un humanoide rojo casi sin ropa y definitivamente sin piel ni pelo... si ella quedó así, prefiero no saber cómo quedé. Por todas partes se levantan rojos cuerpos, sangrantes, desnudos, desollados, dolientes y malolientes. Si no me doliera hasta el respirar, intentaría ayudar a algunos; lamentablemente no estoy en el grupo de afortunados que no despertaron.

Intento avanzar hacia lo que era el edificio donde vivía, pero ya no tiene sentido: además de ser sólo escombros, me duele todo como para pensar en moverme. Cada vez pierdo más fuerzas, y a los pocos minutos caigo al suelo, pero el golpe no es tan doloroso, caigo en un líquido tibio que amortigua el... Dios... es mi sangre... Creo que el astrónomo que ridiculizaron y tacharon de loco por televisión tenía razón en sus miedos... Sí... definitivamente tenía razón... ahí viene el segundo trozo... el que pesa 20 veces más que el primero...
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miércoles, mayo 03, 2006

Demonio

Las miradas confluyen hacia la esquina más alejada de la habitación. Ahí, sin mayores alharacas ni aspavientos, yace arrumbado el demonio. Sí, ese, EL demonio, el príncipe de la maldad, el ángel orgulloso y bello caído de las tropas divinas a los quintos infiernos. Luego de gobernar por milenios a las huestes del mal, de dar una interminable y efímera batalla contra el bien está ahí, sentado casi en posición fetal en el rincón de una habitación pequeña de un departamento en el centro de la capital, cabizbajo, derrotado...

¿Qué cómo sé que él? Se siente su aura maligna, su presencia vengativa, su esencia seductora y mentirosa, su poder limitado brotando por sus poros. Se nota el paso de los milenios por su expresión: nada rojo, ni cuernos, ni cola, menos tridente, mal que mal nació ángel... se ven sus muertes violentas e innecesarias en sus sienes, el odio incontrolable en sus ojos, el olor de los cadáveres no sepultados en su nariz, el sabor a dolor disfrutado en su lengua, la sangre de inocentes en sus dientes... y pese a todo ello estaba ahí, en un rincón de un departamento, derrotado...

¿Y porqué acá? Simple, está viviendo con aquellos que lo derrotaron, que lo despojaron de su reino de tinieblas y maldad... ¿qué, creían que el Padre o sus huestes lo habían vencido de nuevo? ¿para qué?

Fue el humano quien lo derrotó. Pero por favor, lean bien, el humano lo derrotó, no en el sentido de erradicar el mal de sus almas, sino que le quitó el reino de las tinieblas. La maldad humana superó con creces los límites planetarios de deshumanización, y permitió quitarle el reino al rey del infierno. Y trajimos su reino a la tierra, y lo hemos hecho crecer cada día más, extralimitando la cuota disponible de maldad, usando la línea de crédito que quedaba para toda la galaxia...

Y ahora el príncipe del mal se arrumba en el rincón de un departamento en el centro de la capital. De ahí partirá de cero, se mezclará con nosotros, a ver si logra volver a aprender, con los maestros, el verdadero significado de la palabra que le dio vida y alas: maldad...
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