Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, agosto 30, 2006

Amistad

"Debe ser bonito tener amigos"

La frase retumbaba en su cabeza una y otra vez, haciendo eco dentro de su cráneo. Retumbaba, sí, tanto más fuerte que cada disparo que salía de su M4. Retumbaba, más fuerte aún que las cabezas de sus compañeros de colegio cuando rebotaban contra el frío piso de cemento que daba sustento a la multicancha, luego de haber sido atravesados dos o tres veces en el pecho o en la espalda. Retumbaba, sí... pero no tanto como las frases de desprecio y discriminación que había debido soportar desde niño. Luego de 9 años aguantando, su ser dijo basta... en una sociedad de apariencias, él parecía pobre y poca cosa; en una sociedad consumista, el sólo consumía té y pan como dieta diaria; en una sociedad de cuerpos perfectos, él era otra desgracia de la naturaleza; moreno, pequeño, pelo negro y ojos café, lo más alejado de los estándares de belleza...

Desde niño sabía que todo habría de terminar violentamente. Nunca tuvo amigos, y siempre fue víctima de bromas pesadas e insultos. Pero a los 9 algo pasó: una voz en su cabeza empezó a sonar, con la maldita frase "debe ser bonito tener amigos". Al principio ocasional, más tarde recurrente, al final constante, y cada vez más y más fuerte, que casi no lo dejaba escuchar sus pensamientos... A los 14 descubrió una "cura": cuando alguien insultó a su madre (que lo abandonó al nacer) su instinto lo hizo devolverse y golpear al que lo hizo... en ese instante la frase calló, reapareciendo al día siguiente. Así, cada vez que quería tranquilidad, golpeaba a alguien y la frase dejaba de sonar.

Al pasar el tiempo, su fama de matón era temida, y cada vez el silencio esperado duraba menos. Ahora con 15, luego de la última golpiza a un “gracioso” y su posterior expulsión, tomó una decisión: debía acallar la voz para siempre. Robó de una armería un fusil M4 y varios cargadores.

Así, mientras avanzaba por los pasillos del colegio matando niños, la voz crecía en vez de acallar. De pronto, tres fuertes y ardientes golpes en el pecho lo derriban. A los pocos segundos un policía le apunta a la cabeza, mientras la voz lo ensordecía. Su mirada se clavó en la del policía, y por un instante el hombre escuchó la voz gritando en la cabeza del niño, y pudo sentir el dolor y la soledad en su alma. El sería su amigo... le sonrío, pasó la bala en su pistola, y calló la voz en la cabeza de su amigo para siempre...
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miércoles, agosto 23, 2006

Infierno

Después de un rato logra reaccionar. Sabe que no es normal, el entorno, el aire, los entes que lo rodean. Pero su estrecha y obnubilada mente aún no es capaz de dar una explicación racional: él, que se gana la vida siendo racional, no sabe aplicar la razón a lo que le sucede. De hecho, no es capaz siquiera de definir lo que le sucede…

Luego de pasados unos minutos logra no sentir el corazón en su cuello y lentamente el sentido común empieza a volver a su lugar. Todo lo que sucede es racionalizable, por tanto simplemente hay que juntar las piezas y comparar el resultado con algo conocido. Si estaba con el corazón acelerado debía ser por temor… pero a qué… a lo desconocido claro, es normal. Si sólo lograra tranquilizarse un poco más para observar el entorno y definir lo que pasa…

Segundos más tarde todo está claro: está en… el infierno. No existe otra explicación racional. Desde que volvió en sí el temor lo envuelve; quienes lo rodean no tienen buenas intenciones para con él, con ellos mismos o entre ellos; el odio se respira en el ambiente. Cada vez más el mal se hace más y más poderoso, y todos quedan como si nada, indolentes frente a la realidad; de hecho, muchos esbozan sonrisas al conocer relatos de la realidad…

Pero no podía ser, no recordaba haber muerto… pero como no se sabe nada sobre lo que hay tras la muerte, podía ser posible, morir sin saberse muerto… ¿Pero el infierno? Su mente racional no creía haber actuado tan mal en su existencia; sin embargo, sus sentimientos… aquel lastre que dejó escondido en algún recóndito rincón de lo que consideraba vida… ¿y si fuera eso, vivir sin sentimientos merecía la condena eterna en el averno? No, no era un argumento racional, era emocional…

No cabía duda, era el infierno… la condena al mal sempiterno, sin segundas oportunidades, sin posibilidades de redención, sin expectativas de ninguna índole; sólo sufrimiento tras sufrimiento, el imperio del mal por todos lados, dolor, maldad, soledad, inclemencia, crueldad, desidia… su raciocinio, muy a su pesar, nuevamente había encontrado la respuesta. Pues bien, ya nada quedaba por hacer. Simplemente terminar de tomar su café de desayuno y partir nuevamente a su trabajo…

miércoles, agosto 16, 2006

"Tío"

- Tío,… compadrito… ¿tiene un puchito que me regale?
- No.
- Oiga tío… ¿y un encendedor pa’ prenderlo?
- Tampoco.
- Oiga tío, ¿y gambita pa’ la micro?
- No…
- Chucha, ¿tenís algo o no?
- Odio…
- ¿Qué?
- Odio.
- ¿Y a quién odias tanto?, ¿a tu mujer, al patas negras?
- A todo y a todos, pero a nadie en particular.
- Ah, o sea nos odias por paquete, no de a uno
- Exacto.
- Oye tío, ¿y a mí también me odias?
- A ti más que a nadie.
- ¿Y qué te he hecho a más de bolsearte un pucho que no tenías?
- ¿De verdad no me recuerdas?
- Pa’ ná poh… a ver, mira pa’ cá… sí…
- ¿Ahora sí?
- Oye… no… pero…
- Sí, fue a mí, hace dos meses.
- … ¿a vos te pegué el puntazo en el pecho…?
- Sí, a mí me diste la puñalada.
- ¿Y vos soy “highlander” acaso?
- No, me mataste…
- Ahhhh, ya… quedaste medio loco con el puntazo…
- No. Fue preciso a mi corazón, morí en el instante por no traer cigarros, como hoy…
- … ¿me viniste a penar, gil?
- No, a buscar.
- ¿A… qué?
- Mira ahí, en el piso.
- ¿Qué mierda? ¡¡Soy yo!!
- Sólo tu cuerpo… Ese grandote al que intentaste carterear es peor que tú. Cuando corrías te disparó por la espalda…
- …….
- Y ahora te vine a buscar. Vamos, tenemos una deuda que saldar.
- Pero ya estoy muerto… entonces… no me pueden hacer nada peor…
- Bueno, veremos cuando llegues, si es que llegas…
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miércoles, agosto 09, 2006

Re - incarnación

Luego de remover toneladas de escombros del planeta al cual llegaron, para poder construir una nueva civilización en aquella tierra arrasada por sus antiguos habitantes, los trabajadores se encontraron con una extraña sorpresa. Ahí, al fondo del agujero que afirmaría uno de los pilares sobre los cuales se asentaría la plataforma de aterrizaje de los obreros, había un esqueleto perfectamente conservado, con todos sus huesos, cubierto por ropajes negros… pero ese esqueleto… no calzaba ahí… No habían podido encontrar uno completo hasta esa ocasión, que tuviera todos los huesos en su lugar, con ropa… y su envergadura, notoriamente mayor a cualquier otro resto encontrado. Huesos gruesos y dentadura exagerada completaban el cuadro del inexplicable hallazgo.

Dentro del equipo de investigación venía una arqueóloga, quien fue llevada a revisar los restos. Grande fue su sorpresa al ver los restos, y mayor aún al intentar liberar alguno de los huesos de la mano para hacer algunas pruebas: ni con el más poderoso cortador láser fue posible lograr una astilla… Definitivamente ese esqueleto habría de permanecer entero, por lo menos hasta subirlo a una nave y llevarlo a algún centro de investigación al otro lado de la galaxia. Esa noche, los restos reposarían, por falta de espacio, en la bodega de utensilios de la arqueóloga.

La arqueóloga se sentía mal. Logró dormir sólo un par de horas, pero sin descansar gracias a una inusual pesadilla. Soñó que observaba la bodega de utensilios, y que de pronto al esqueleto, luego de un brusco estremecimiento, le empezaban a crecer piel, vísceras, órganos, pelo, uñas, como si hubieran quedado guardados “debajo” de los huesos. Luego de crecido el negro cabello, el esqueleto, ahora cubierto de vida, abrió sus ojos… y en ese instante despertó presa del terror.

Al poco rato, la arqueóloga escucha un golpe seco que provenía de la bodega. Sin la seguridad de estar despierta o dormida, se dio vuelta en la cama; unos segundos más tarde, sintió un nuevo golpe que parecía venir del mismo lugar. Sin demora y ahora con la certeza de la lucidez, corre armada hacia la puerta de la bodega, donde encuentra un gran charco de sangre y las vestimentas de un guardia… en ese instante, alguien respira detrás de ella, en su cuello. Al girar, un par de ojos verdes atraviesan su mirada y espantan cualquier atisbo de reacción.

- Qué bien, el postre llegó sin que lo pidiera…

miércoles, agosto 02, 2006

Novela

“Fin”

Luego de 4 meses de escribir día y noche había terminado su novela. Aquel escrito que le había llevado a alejarse de su familia, amigos y trabajo, estaba por fin terminado. Había llegado el tiempo de descansar y planificar el futuro. Por fin podría dormir tranquilamente en su cama y no en la silla del computador. Su cama estaba fría como siempre, desde que su esposa lo había dejado, llevándose con ella la mayoría de las cosas y a sus hijas: una novela no publicada no paga cuentas ni alimenta. Pensaba en la sorpresa que se llevarían sus ex-compañeros de trabajo y su ex-jefe cuando lo vieran en las páginas de arte de los diarios; él, el flojo soñador e irresponsable, autor de un best seller… tal vez más de algún amigo le volvería a dirigir la palabra luego de no volver a acompañarlos a los partidos de fútbol del fin de semana, o a conversar unas cervezas algunas tardes de verano… tal vez le volverían a ofrecer su trabajo… tal vez, y sólo tal vez, volvería a tener familia…

Esa noche dormía plácidamente, mientras en sueños distribuía sus ganancias. De pronto su perro (el único ser vivo fiel que le quedaba, y que ni siquiera tenía nombre) lo despierta ladrando furiosamente hacia el escritorio donde estaba su viejo computador, que más que computador parecía máquina de escribir con pantalla. Con horror observa cómo un joven está llevándose su futuro contenido en esa caja de metal de su escritorio. Sin pensarlo dos veces, se abalanza sobre él sin medir consecuencias… un instante después yace en el suelo, con una mancha roja en su pecho producto de la falta de droga en la sangre del ladrón, con un dolor indescriptible… pero no era el dolor del puñal, sino de la impotencia y la rabia que lo invadía. Todo el sacrificio de su vida se iba por la ventana, para ser vendido por un par de monedas para satisfacer la privación del veneno que un joven se inyectaba día tras día. Por el agujero del puñal se escapaba su sangre, y su vida; pero eso ya no importaba, pues había partido antes por la ventana…

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

- ¿Qué porquerías trajiste? Porque plata hace tiempo que no veo.
- Mira compadrito, hoy traje algo bueno, a lo menos pa’ unas diez dosis: un computador
- ¿Y a esa hueá le decís computador? Con cuea servirá de macetero.
- Pero préndelo primero, si al compadre que se lo pelé me lo tuve que echar pa’ que lo soltara…
- Ojalá traiga algún juego bueno, o minas en pelota que sea…. oye, ¿me las estai viendo? Esta cagá no prende.
- No me estís….
- Mira lo que te pelaste ahueonao, es un gabinte vacío.
- ¿…y pa eso me dio pelea el…?
- Ya hueón, ahí tenís una dosis, y no me hinchís más. A ver si me puedo cagar a alguien con esto…
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Si alguno de los lectores extranjeros no comprende el dialecto de la segunda parte, pregunte las palabras que necesite aclarar.
Saludos sangrientos...