Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, febrero 27, 2008

Morgue

Mientras hacía su ronda por los fríos y mal iluminados pasillos del subterráneo de la morgue, el guardia sentía cómo un nudo apretaba su estómago. Si bien era cierto llevaba tres años en ese trabajo, no lograba acostumbrarse a esas horribles cámaras metálicas de las que emergían cadáveres cuando algún funcionario acompañaba a sus deudos al reconocimiento de los restos. De solo pensar en las espeluznantes historias que escuchaba de parte del personal acerca de fantasmas o cuerpos que se enderezaban en sus camillas de la nada, su corazón se aceleraba y el sudor fluía prestamente por sus sienes.

Ya faltaba poco para que el turno acabara, cuando de pronto escuchó pasos tras de sí. Raudamente giró para encontrarse con el guardia del turno siguiente que había llegado una hora antes. Luego que se riera de sus infundados temores y le contara a su compañero del susto que le dio, procedió a seguir su ronda. Dos pasos más allá una certera estocada de manos de su compañero lo atravesó por la espalda: antes de caer muerto recordó que son los vivos los capaces de matar…

Os invito cordialmente,
si deseáis vivir de otro modo mis relatos,
a que me escuchéis en mi

PODCAST DEL TERROR


miércoles, febrero 20, 2008

Enemigo

Desde niño había escuchado en su hogar la famosa frase “me sentaré a la puerta de mi casa a ver pasar el cadáver de mi enemigo”. Y ahí estaba, sentado en el antejardín de su hogar, viendo el cortejo fúnebre de aquel que toda su vida luchó por perjudicarlo. Era extraño saber que dentro de la carroza, y del cajón, viajaba inerte el cuerpo de su némesis. Hasta ese entonces su vida había sido un simple devenir de conflictos, evitando ataques y atacando; y ahora su existencia parecía vacía. Lo peor de todo era que su muerte no tuvo relación alguna con su interminable lucha: el corazón le pasó la cuenta de noche, sin que siquiera alcanzara a sufrir.

Al atardecer ya todo había terminado. Luego de dejar a su mente crear y destruir escenas y escenarios que ya no sucederían, se acostó temprano para empezar a planear el resto de su nueva vida.

De pronto un brusco ruido en su puerta lo despertó, y una horrenda presencia le causó el terror más grande que hubiera sentido jamás, lo suficiente para que su corazón tampoco aguantara y falleciera en el acto. Su alma giró bruscamente al despegarse del cuerpo, y se vio tendido en la cama, sin vida. Al girar nuevamente vio nítidamente el rostro irónico de su enemigo:

-¿Acaso creíste desgraciado que te dejaría tranquilo por el simple hecho de haber muerto? Ahora estamos al mismo nivel, veamos de qué estás hecho…

Os invito cordialmente,
si deseáis vivir de otro modo mis relatos,
a que me escuchéis en mi

PODCAST DEL TERROR

miércoles, febrero 13, 2008

Meditación

-¿Qué haces?
-Medito.
-Ah… ¿y para qué?
-Para alcanzar la iluminación.
-¿Y qué es eso?
-El estado de total abandono de la mente.
-Ah… ¿y de qué sirve?
-Me sirve para comprender el sentido de la vida.
-¿Y para qué?
-Para adquirir un conocimiento que pocos tienen, y que se acerca a la sabiduría.
-Ya… entonces meditas, alcanzas la iluminación, entiendes el sentido de la vida, te conviertes en sabio, ¿y?
-Eso.
-¿Eso? ¿Te lo guardas? ¿Y a quién le sirve guardado?
-Es que cada cual debe alcanzar…
-Oye, ¿cuando meditas respiras?
-Muy lento pero sí, sino moriría.
-Viejo, ¿ese del suelo no es tu cuerpo…?

miércoles, febrero 06, 2008

Amenaza

La mujer miraba a todo el mundo de reojo, estaba amenazada de muerte por alguien de su familia, o al menos eso creía. Una semana antes había tenido un sueño que le contó al día siguiente a una intérprete, quien le dijo que en una semana alguien cercano a ella acabaría con su realidad. Estaba claro, la querían matar y no sabía quién. Más encima ese día era su cumpleaños y le habían organizado una fiesta con toda la familia.

Cada vez que alguien se acercaba miraba sus gestos y sus manos: si alguno llevaba un cuchillo se alejaba, si le daban un vaso de bebida o algún trago lo rechazaba. Inclusive dudó de comer torta hasta que cuatro o cinco habían engullido sus porciones sin presentar problemas.

De pronto apareció en la fiesta su novio. Sin saludar a nadie se dirigió directamente a ella, y metió su mano derecha al bolsillo del pantalón… el maldito desgraciado era el asesino, y era poco lo que podía hacer. De pronto vio el cuchillo con el que habían cortado la torta y vio su salvación: con firmeza lo tomó y giró bruscamente, atravesando el pecho del asesino. El joven cayó al piso ya muerto por la estocada en el corazón; de su mano se deslizó la caja con el anillo de compromiso para acabar el noviazgo y empezar la nueva realidad…