Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, diciembre 31, 2008

Rosa negra

El asesino a sueldo estaba listo para terminar su misión. Luego de meses de preparación, seguimiento y estudio, había llegado la hora de terminar con ese candidato a presidente que sólo traería ruina a su país y guerra a sus vecinos, según las palabras de quienes lo contrataron. Su pericia como sicario no tenía paralelo a nivel mundial, y no era extraño que los principales trabajos sucios del mundo llevaran su huella: una rosa negra.

Cuando empezó en el rubro mataba a grandes distancias con una muy bien cuidada carabina de francotirador; pero con los años depuró su técnica hasta lograr matar a pasos de su víctima (acaso no sobre ella), dándole el tiempo preciso para desaparecer y dejar su rosa negra sin huellas. Para esta misión los que lo contactaron le hicieron ver la necesidad de hacer bien ese trabajo, pues de ello dependía el destino de demasiadas personas, incluso naciones. Si lo lograba, tendría su vida asegurada para siempre con el dinero que le depositarían en su cuenta privada. Un desafío así no se podía rechazar.

El candidato estaba preparando la salida de su casa para ir a votar. Ya sabía que tendría que cuidarse, pues sus servicios de inteligencia habían detectado un complot para matarlo. Bajo la atenta mirada de sus seis guardaespaldas subió a la camioneta blindada que lo llevaría al local de votación, donde estaría rodeado de potenciales asesinos: periodistas, detractores, seguidores, personal de aseo. Todos eran peligrosos, así que seguiría al pie de la letra las instrucciones de su equipo de seguridad.

El vehículo estaba por partir cuando apareció corriendo su hijo mayor, que lo acompañaría a votar. Cuando el joven subió y el vehículo inició su marcha, lo notó algo preocupado. Al preguntarle el joven sonrió, extrajo de sus ropas una bella rosa negra y una granada sin seguro.


Para aquellos que creen que el cambio de un 8 por un 9 significa algo, que tengan un feliz año 2009. Para el resto de nosotros...

Saludos sangrientos...

miércoles, diciembre 24, 2008

Borrachos

-Oye, mira, mira ahí, en la calle...
-¿Cuál calle?
-Cual va a ser, la que está botada en el suelo, gil
-Ya oh, no me agarrís pal leseo cuando ando borracho... oye,¿qué es esa cuestión?
-Eso te decía poh. A ver... no puede ser...
-A ver... chuuu... no, deja botada esa custión donde mismo, no nos vayan a echar la culpa a nosotros del finao
-Cómo nos van a culpar si esta custión es antigua, mira poh, está... sin nada poh, sequita.
-¿Y qué querís hacer, llevártela de recuerdo, o de adorno, o te querías hacer una lámpara?
-No sé poh, pero...
-Disculpen señores, creo que tienen algo que me pertenece.
-Nooo, ¿qué tenemos nosotros...?
-Eso es mío.
-Naaa, es del que se lo encuentra...
-Señores, ustedes ya tienen las suyas, devuélvanme la mía o si no...
-¿Si no qué?
-Sino me quedaré con una de las de ustedes.
-Chucha, ya oh, pásale la calavera al caballero, no tiene cara de muy buena onda...


Doctor Blood desea a tod@s sus amig@s y enemig@s una Feliz Natividad en compañía de quienes quieren y los quieren. Y sí,

LA CALAVERA ESTÁ DE VUELTA

miércoles, diciembre 17, 2008

Remolón

-Despierta.
-Mmmmmm…
-Ya pues gordo, despierta.
-Ay, no molestes… ¿cinco minutitos más?
-No, ya estamos atrasados.
-Por favor, está tan rico aquí… quedémonos un rato más.
-No, si ya es hora y descansamos harto.
-¿Hagamos cucharita un poco más?
-Ya te dije que no, no insistas. Levántate.
-Ya, ¿qué te cuesta? Siempre eres tan cuadrada para los horarios, ¿qué más da cinco minutos?
-Córtala, llevamos veintitrés siglos esperando a la dichosa alineación de planetas para poder revivir y apoderarnos del mundo, y justo ahora te pones remolón.

miércoles, diciembre 10, 2008

Amor, amor

-¿Qué tienes ahí?
-¿Dónde?
-En esa bolsita.
-¿En esta? Nada.
-¿Cómo que nada?
-Es un secreto.
-Cuéntame
-No puedo, es un secreto.
-Ya… ¿no me vas a contar? Entonces déjame ver.
-No, es un secreto, ya te dije.
-Pero pucha, quiero verlo.
-Bueno ya, total, igual te lo pensaba regalar para navidad.
-Pero… ¡qué mierda es esto!
-El corazón de tu ex. Como supe que te engañaba le saqué el corazón y le dejé el resto a la otra.

miércoles, diciembre 03, 2008

Realidad

A veces la realidad se tornaba cada vez más irreal a sus obnubilados ojos. Mientras el mundo se caía a pedazos frente a la puerta de su casa, él se preocupaba exclusivamente de unos sueños que a nadie ayudarían, pues jamás se concretarían. Mientras su familia perdía el norte gracias al alcohol y a los embarazos no deseados, él soñaba con una familia que no era la suya y que ni siquiera sabía si podría existir, pues nunca había abandonado el límite de su pueblo y de su sueldo. Mientras su vida giraba en torno a lo que lograba producir en un campo de mala muerte, él jugaba con inventos de su mente que le permitían creer en el mañana.

El pobre campesino luchaba esa mañana, como casi todas las mañanas de su vida, contra el campo para poder arrancarle algo comercializable, o por lo menos comestible. La batalla contra la vida era ardua como siempre, y como nunca parecía estar ganando; pero como ganar una batalla no asegura triunfar en la guerra, debía seguir con su denodado esfuerzo. Luego de un par de meses de esfuerzo máximo logró sacar adelante el yermo pedazo de tierra y transformarlo en algo de lo cual se podía vivir. Por fin pudo cosechar los frutos de su siembra, y la venta fue más que provechosa.

Feliz estaba el campesino camino a su caserón, pues por fin podría ofrecerle algo de decencia a quienes de él dependían. Al llegar a la entrada se encontró con la más dolorosa imagen que la vida le podía haber ofrecido, como arremetida final en la guerra que ambos llevaban. Ahí, cubierto por una vieja lona estaba el cadáver de su hijo mayor, apuñalado por el amante de su esposa, quien huyó con ella y con sus hijos, quienes eran de aquel con quien su mujer lo traicionaba por años. La policía le dijo que nada podían hacer, pues el hombre era dueño de la mitad del pueblo y tenía a todos comprados, incluido el juez. Luego que lo ayudaron a enterrar el cadáver, los policías se fueron y lo dejaron masticando el sabor amargo de la derrota frente a la vida. Si no hubiera dedicado tanto tiempo a soñar, el destino sería distinto para todos.

A la mañana siguiente estaba todo listo, la cuerda firme atada al árbol y el banquillo cojo que lo ayudaría a cortar su sufrimiento, y a no rendirse ni entregarse a su enemiga. Cuando ya estaba en el banquillo un extraño vehículo, más fantástico que todo lo que él había imaginado en su vida, llegó a las puertas de su caserón. De él bajaron personas que jamás en su vida había visto, pero que reconoció al instante: eran todos aquellos que habían consumido tiempo en su mente, aquellos que soñaba como su familia. Con sumo cuidado y cariño lo ayudaron a bajar del banquillo y lo subieron al vehículo a comenzar la vida que siempre había soñado. Finalmente le había ganado la guerra a la vida. Al disiparse la nube de polvo levantada por el vehículo, quedó de recuerdo su cuerpo colgando de la firme cuerda al árbol.