Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, septiembre 07, 2025

Ansiedad

El escritor estaba borrando su noveno borrador de cuento de la mañana. Su imaginación y las musas parecían no querer acompañarlo ese día, y los intentos de forzar una idea habían sido infructuosos. Luego de terminar nuevamente con la pantalla en blanco, y después de media hora de mirar videos en el computador, decidió tomar un café cargado y salir a caminar para despejarse y ver si luego de la marcha las ideas regresaban a su cabeza.

Dos horas más tarde el escritor seguía caminando sin ser capaz de despejarse. En ese momento se dio cuenta que el motivo de su desconcentración era que estaba ansioso. La noche anterior no había dormido bien pues había tenido una pesadilla bastante extraña en la que un pedazo de un edificio caía sobre su cuerpo aplastándolo y dejándolo inmóvil del cuello hacia abajo. El hombre pasó a una farmacia, preguntó, y le vendieron un medicamento de origen natural para intentar manejar la ansiedad.

Luego de media hora de tomar el medicamento la ansiedad pareció ceder, por lo que el hombre decidió volver sobre sus pasos a su domicilio a ver si ahora sí podía volver a escribir, y para variar un poco el paisaje decidió irse por otro camino. El hombre caminaba despreocupado, hasta que pasó al lado de un edificio viejo con una rica fachada; el hombre se quedó viendo la mampostería, hasta que de pronto se fue a negro.

El hombre volvió en sí un segundo después; se encontraba de pie al lado de su cuerpo, sobre el que había caído la cabeza de una estatua ubicada en el techo del viejo edificio, dejándolo con una enorme herida en su cabeza que sangraba profusamente. Mientras los curiosos se acercaban a intentar ayudarlo o a grabar videos para subirlos a sus redes sociales, notó a un hombre de mediana edad de mirada seria parado al lado de él. El hombre no movió sus labios, pero escuchó claramente en su cabeza cómo su ángel de la guarda lo reprimía por no haber previsto el accidente luego del sueño premonitorio que le enviara la noche anterior para intentar salvarlo de la invalidez.