Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, agosto 17, 2025

Crujidos

Muchos crujidos se escuchaban esa mañana en la obra. Los trabajadores habían llegado temprano como siempre a su faena, pero al llegar sintieron que todo crujía, como si el trabajo hubiera quedado mal hecho, o la tierra bajo la edificación estuviera cediendo. El capataz al llegar también se dio cuenta de que todo crujía, ordenó a su gente no entrar al lugar y llamó de inmediato a su jefatura para informar lo que estaba pasando y saber cómo proceder.

Una hora más tarde un equipo de ingenieros, geomensores y arquitectos llegaron al lugar con muchos aparatos que loe obreros no conocían. Luego de otra hora más de inspecciones llegaron a la conclusión que nada extraño había en el trabajo ejecutado ni en el terreno, por lo que probablemente eras crujidos normales para la etapa de la obra en que estaban. Pese a la incredulidad de los obreros se dio reinicio a los trabajos, sin que nada pasara en dos horas de trabajo; terminado el plazo y estando seguros que nada pasaría, los profesionales se retiraron del lugar dejando a los trabajadores seguir con el plan de trabajo.

El resto del día transcurrió sin mayores contratiempos; sin embargo media hora antes del término de la faena los crujidos reaparecieron con más intensidad. Pese a ello los trabajadores siguieron su trabajo sin que nada pasara, lo que los tranquilizó para que pudieran seguir en sus labores. De pronto el operador de la grúa sintió algo raro en su asiento, al mirar a su lado vio algo que no pudo entender.

Al lado del operador de la grúa había una persona con la piel gris y pintada con colores vivos, rapado al cero, torso desnudo, y con una especie de pantalón de cuero de animal con todos sus pelos. El hombre ahogó un grito de espanto e intentó comunicarse por la radio; al abrir el canal escuchó que varios de sus compañeros denunciaban casi lo mismo. En ese momento los obreros empezaron a salir de la obra; cuando todos estuvieron fuera los obreros se encontraron con más de una decena de mapuches con vestimenta de guerra mirándolos con la misma extrañeza con que miraban los obreros. Diez minutos más tarde apareció un arqueólogo en el lugar con el jefe de la empresa constructora con documentos que demostraban que el lugar era un cementerio indígena, y que la obra debería ser suspendida hasta que sacaran todos los restos del lugar. Al ver llegar a los profesionales las almas desaparecieron al igual que los crujidos.