Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, mayo 11, 2025

Beso

Con un suave beso en la mejilla la madura secretaria saludó al joven periodista que estaba recién llegando al diario esa mañana. La mujer saludó de esa forma al joven para marcar cercanía con el profesional desde el primer momento, y para enseñarle que pese a no ser profesional ella tenía cierto estatus en la empresa. El joven se sonrojó pero contestó el saludo para luego dirigirse a la oficina de su jefe para empezar con su primer trabajo.

Dos meses después el joven ya estaba bien ubicado en sus labores en el diario. Cada mañana la secretaria se acercaba a él a saludarlo de beso en la cara, cosa que él correspondía alegremente. La secretaria se había convertido e un gran apoyo para el joven enseñándole con quién meterse y no meterse para avanzar rápido en el trabajo, a quién pedirle favores, a quién creerle. En suma, la mujer le enseñó a relacionarse en la empresa para no cometer errores.

Cinco años más tarde el joven había alcanzado un puesto de jefatura en la empresa, lo que lo tenía económicamente más tranquilo y laboralmente más estable. Ese día llegó temprano uno de los directores del periódico, quien luego del correspondiente saludo de beso de la secretaria, lo llamó para conversar con él en su oficina.

El director le preguntó sin rodeos acerca del saludo que dio en la mañana; el joven le explicó al director acerca de la secretaria, luego de lo cual el director se quedó en silencio, para luego ponerse de pie, ir a un librero, sacar un archivador y llevarlo donde el joven con una página abierta. En ella había una foto de la secretaria, y un par de frases que no tenían sentido.

El joven miraba la foto sin entender. En ella estaba impresa la frase “en recuerdo de nuestra querida compañera por su temprana partida”, y bajo la frase una fecha del año 1975. El director le contó que su trabajo en la empresa estaba muy bien valorado, pero que le tenían un apodo: “loco”, por su costumbre de besar el aire todas las mañanas. Luego el director le contó que la secretaria de la foto era la mano derecha del primer gerente del diario que se enamoró de ella pese a estar ambos casados, y ante su negativa a tener una relación furtiva la asesinó en el mismo diario. Desde ese entonces más de cuarenta periodistas habían intentado quedarse en ese cargo pero habían huido del lugar el mismo día de sus llegadas, y sólo él había logrado consolidarse. El director se despidió de mano del joven, y le aconsejó que de ese momento en adelante saludara de beso al fantasma de la secretaria en su oficina, con la puerta cerrada. En la puerta el alma de la mujer miraba a su protegido y a su asesino darse la mano, entendiendo que el tiempo de partir había llegado.