Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, noviembre 02, 2025

Producto

Las ideas se agolpaban desordenadas en su cabeza. Esa mañana en la agencia de publicidad el jefe le pidió ideas para un comercial de televisión de un producto nuevo, y necesitaba presentar al menos tres posibilidades a mediodía. Cuando llegó la hora de presentar el producto su jefe le pasó una esfera azul, le dio que tenía que abrirla y ver su contenido, y que la publicidad debía ser acerca del envase y del contenido. El hombre tomó la esfera y de inmediato empezó a pensar respecto del envase, pero al momento de abrir la esfera, no pudo.

El hombre ya llevaba media hora buscando cómo se abría la esfera. Finalmente se dio cuenta que ello le era imposible, y fue donde su jefe a pedirle ayuda. Grande fue su sorpresa al ver al resto del equipo creativo, cada uno con su esfera en la mano, sin poder abrirla, mientras el jefe hacía denodados intentos por abrir el artilugio. A los diez minutos decidió llamar al cliente, quien le respondió que no le diría cómo abrir el producto, pues el proceso de descubrir cómo se abría era parte de la experiencia asociada al producto.

Once de la mañana. Las esferas habían sido azotadas contra el piso y la muralla, frotadas con diversas telas, dibujadas con extrañas formas con los dedos, apretadas por todos lados, hundidas bajo el agua, metidas a microondas y hasta quemadas con encendedores, y hasta ese instante nada había funcionado. El desdén era el sentimiento reinante en el lugar. De pronto una de las creativas hizo rodar la esfera por el escritorio, la cual rebotó contra la pantalla de un computador estacionario: en ese momento la esfera pareció quebrarse. A los dos segundos todas las esferas crujieron. Los ojos de los creativos se dirigieron de inmediato para ver el contenido de las dichosas esferas.

El informe preliminar de bomberos hablaba de una especie de explosivo depositado en temporizadores con forma de esferas, que se abrieron programadamente a la misma hora, para explotar algunos segundos más tarde, incendiar el piso y matar a todos los ocupantes del lugar. Los expertos en explosivos de la policía no pudieron identificar el producto usado para detonar la oficina de publicidad. Un experto en inteligencia llegó a la conclusión que había sido una especie de venganza por lo que empezó a buscar gente despedida de la agencia para determinar eventuales culpables. Doscientos metros bajo la ciudad, en un bunker privado, el terrorista sonreía al pensar en los cien millones de esferas que había repartido por todo el planeta para acabar con la sociedad y emerger como el nuevo líder planetario una vez acabado su plan de destrucción masiva.