Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, marzo 29, 2017

Piloto

El piloto miraba despreocupado hacia abajo. En esos momentos el mirar hacia abajo era el único modo de saber dónde estaba ubicado sin tener que mirar alguna pantalla; allí, a decenas de kilómetros se encontraba la superficie de la Tierra que brillaba gracias a la luz del sol. El piloto de la nave acoplada a la estación espacial internacional flotaba en la cápsula en que se encontraba, y mirar la Tierra le permitía saber su ubicación en ese momento. De pronto, su mirada se enfocó en algo que parecía inverosímil en ese lugar.

Mirando por la ventana, el piloto se encontró cara a cara con alguien que lo miraba fijamente a los ojos a través del vidrio de la cápsula, desde fuera. La persona que lo miraba flotaba en el espacio pegado a la cápsula; el piloto por su parte intentaba entender cómo alguien podía estar en ese lugar, sin traje ni oxígeno, y sin medidas que lo contuvieran a la nave. La persona que lo miraba era un hombre joven, con una tenida similar a la que él llevaba dentro de la cápsula, y con un semblante de despreocupación similar al del piloto antes de notar la presencia fuera de la nave. En un instante el piloto llegó a pensar que se trataba de su reflejo en el vidrio, y que todo había sido una jugada de su imaginación; sin embargo las facciones del hombre no se correspondían con las suyas, y el tipo flotaba libremente en el espacio, y se podía ver su figura recortada sobre la imagen de la Tierra. Definitivamente, la persona estaba donde parecía estar en ese momento.

El piloto estaba perplejo. Por lo extraño de la situación decidió no comunicar nada a la base ni a quienes habitaban en esos momentos la estación, para que no lo tildaran de loco ni intentaran contenerlo o mantenerlo encerrado en la cápsula. De pronto el piloto decidió cambiar de ventanilla para no seguir viendo al hombre fuera de la nave; sin embargo, al cambiar de posición se encontró en la ventanilla del otro costado de la cápsula con el mismo hombre mirándolo a los ojos, y que ahora dejaba entrever una leve sonrisa en su rostro. El piloto de inmediato se devolvió a la ventanilla inicial, encontrándose de frente con el hombre, quien ahora sonreía al mirar su expresión desencajada a través del material de la ventanilla.

El piloto bloqueó ambas ventanillas, y se sentó en el piso de la cápsula a pensar en lo que había visto. Tratando de controlar sus emociones, el piloto empezó a pensar, y llegó a la conclusión que su mente lo estaba traicionando, proyectando una imagen fuera de la nave y descolocándolo por completo. De pronto el piloto giró, y se encontró con el hombre sentado al lado de él en el piso de la cápsula, mirándolo en silencio y con una gran sonrisa en su rostro; en ese instante el piloto acercó su mano al hombre y en cuanto lo tocó y se aseguró que fuera real, sufrió un colapso cardíaco que lo mató en el acto. El hombre esperó a asegurarse que el piloto original hubiera muerto; en cuanto estuvo cierto de su muerte, arrastró el cadáver a la exclusa y lo lanzó al espacio, tal como sus compañeros habían hecho con los ocupantes de la estación espacial internacional. Ahora sólo faltaba que llegara la hora de volver a la Tierra para empezar el proceso de conquista del planeta.