La
anciana discutía con la nada esa tarde de verano. Las compañeras
del hogar de ancianos veían en ella a la manifestación más cruel
de la demencia, pues pese a que todas, en mayor o menor medida tenían
cierto grado de deterioro, ella era quien más lo evidenciaba. Las
cuidadoras la dejaban rabiar con la nada pues sabían que luego de un
par de horas se cansaría y dejaría de molestar, y probablemente esa
noche dormiría en paz sin necesidad de medicamentos. Sus compañeras
no se quejaban por sus actitudes, simplemente la miraban con pena y
algo de lástima.
Esa
tarde tocaba la vista médica de la semana. El profesional nunca
había visto la crisis de la paciente por lo que le llamó la
atención lo vívida de la conversación con la nada de la anciana.
El médico se puso de pie frente a la mujer, quien en ese momento
dejó de reclamar y le habló al médico toda normalidad; cuando el
profesional le preguntó con quién hablaba, la señora le dijo que
estaba discutiendo con su hermana, que nunca la dejaba en paz y
siempre le llevaba la contra.
El
médico pidió la ficha de la señora. La cuidadora que se le trajo
le contó que ocho años antes a la señora le habían encontrado un
gemelo parásito dentro del cuerpo, esto es un gemelo no desarrollado
que quedó dentro del organismo de la mujer, y que fue extirpado por
cirugía, y que a partir de esa fecha la mujer desarrolló su
demencia. El médico quedó algo pensativo, y decidió ver un poco
más allá.
Al
día siguiente el médico volvió con unos extraños lentes y un
computador portátil. El hombre encendió el computador, encendió
los lentes y se los colocó: grande fue su sorpresa y la de toda la
gente del hogar al ver la pantalla del computador. En ella se veía
nítidamente una sombra verde frente a la mujer con forma humana que
parecía estar gesticulando frente a cada gesto de la anciana. El
médico logró ver y dejar ver el alma de la gemela parásito de la
mujer que siguió acompañándola luego de ser extirpada del cuerpo
de su hermana. Cuando la anciana dejara este mundo, ambas almas
partirían juntas al más allá, como había sido por toda la
existencia de las dos entidades.