Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, noviembre 10, 2024

Llamada

El hombre miraba nervioso e teléfono fijo de su oficina, pues esperaba una llamada importante que no llegaría por su celular. La llamada era importante dentro de su trabajo pero no tanto dentro de su vida personal; sin embargo desde pequeño su familia le había inculcado la responsabilidad como valor central en su existencia, por lo que la llamada en ese momento era casi imprescindible para él.

Dos horas más tarde el hombre seguía mirando el teléfono. El aparato tal y como siempre seguía inerte sobre la mesa listo a funcionar cuando correspondiera. La ansiedad estaba empezando a mellar el ánimo del hombre quien necesitaba la llamada para terminar con una de sus tareas asignadas; uno de sus mayores temores era que su jefatura le exigiera esperar la llamada hasta que llegara y ello prolongara su estadía en el lugar de trabajo y atrasara su vuelta a casa para poder compartir el tiempo que le daba a su esposa e hija.

Media hora faltaba para la hora de salida y la llamada aún no llegaba. El hombre seguía mirando nervioso el aparato, el cual ya parecía tener vida y estar mirándolo risueño, agradado tal vez por verlo sufrir en espera de una llamada que había llegado hace horas pero que el teléfono no había querido dejar pasar. La mente del hombre se estaba convirtiendo en su peor enemiga, haciéndolo pensar cosas que racionalmente sabía que no podían suceder.

La hora de salida había llegado, y el aparato no sonaba. El hombre miraba resignado el teléfono esperando una llamada que jamás llegaría. Una semana antes el hombre estaba esperando la misma llamada, la cual llegó y le ordenó armar las cabezas nucleares y lanzarlas contra el enemigo. El hombre se negó, y su compañero de trabajo la voló la cabeza de un balazo, para luego saber que se trataba sólo de un simulacro. Desde ese momento su alma quedó estancada en el lugar esperando ahora la llamada de la eternidad para abandonar el lugar y seguir su camino; sin embargo, del otro lado de la línea pretendían dejarlo esperar algún tiempo para que entendiera lo que le faltó por hacer antes de seguir con el camino natural de su alma.