Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, diciembre 22, 2024

Experimento

La muchacha bebía una bebida cola azucarada despreocupada en medio de la plaza, en un banco a la sombra de un viejo olmo. La joven nunca se había preocupado por su estado físico, comía de todo y mucho, bebía alcohol, no hacía actividad física alguna y sin embargo se conservaba como si fuera todos los días al gimnasio y estuviera bajo el férreo control de una nutricionista. La vida le sonreía, y ella le sonreía a la vida.

Otra mucha de la misma edad terminaba de beber una botella de agua purificada sin gas en la misma plaza. La joven ya había terminado el entrenamiento de la mañana, y se estaba rehidratando antes de su colación de media mañana. La joven seguía un estilo de vida draconiano, con un equilibrio perfecto de consumo y gasto calórico, un ordenamiento preciso de horarios de comidas, actividad física y horas de sueño, seguimiento mensual con nutricionista y controles seriados con un entrenador personal; sin embargo, nunca lograba salir del sobrepeso, pese a que todos los estudios metabólicos practicados en la mejor clínica de la cuidad demostraban lo equilibrado de sus hormonas y sus parámetros generales y específicos. La muchacha, algo cansada luego de las dos horas de crossfit, se sentó en el mismo banco que la primera muchacha, a quien miró con envidia, que tenía de todo menos de sana.

Las muchachas, luego de algunos minutos, se miraron y empezaron a conversar. El dueño del quiosco de diarios notó que ambas jóvenes se parecían demasiado si no fuera por la gran diferencia de peso y tono muscular. Las hermanas gemelas estaban volviendo a conversar luego de dos años de separación, en los que cada cual hizo lo que quiso con sus cuerpos; sin embargo había llegado la hora de volver a la normalidad. La conversación fue simple y directa: esa noche se juntarían en el departamento de una de ellas, meditarían en conjunto, y una vez alcanzada la vibración necesaria, cada alma volvería a su cuerpo original, pues el experimento había terminado y los resultados acerca de la desconexión físico espiritual estaban a la vista.