La
muchacha bebía una bebida cola azucarada despreocupada en medio de
la plaza, en un banco a la sombra de un viejo olmo. La joven nunca se
había preocupado por su estado físico, comía de todo y mucho,
bebía alcohol, no hacía actividad física alguna y sin embargo se
conservaba como si fuera todos los días al gimnasio y estuviera bajo
el férreo control de una nutricionista. La vida le sonreía, y ella
le sonreía a la vida.
Otra
mucha de la misma edad terminaba de beber una botella de agua
purificada sin gas en la misma plaza. La joven ya había terminado el
entrenamiento de la mañana, y se estaba rehidratando antes de su
colación de media mañana. La joven seguía un estilo de vida
draconiano, con un equilibrio perfecto de consumo y gasto calórico,
un ordenamiento preciso de horarios de comidas, actividad física y
horas de sueño, seguimiento mensual con nutricionista y controles
seriados con un entrenador personal; sin embargo, nunca lograba salir
del sobrepeso, pese a que todos los estudios metabólicos practicados
en la mejor clínica de la cuidad demostraban lo equilibrado de sus
hormonas y sus parámetros generales y específicos. La muchacha,
algo cansada luego de las dos horas de crossfit, se sentó en el
mismo banco que la primera muchacha, a quien miró con envidia, que
tenía de todo menos de sana.
Las
muchachas, luego de algunos minutos, se miraron y empezaron a
conversar. El dueño del quiosco de diarios notó que ambas jóvenes
se parecían demasiado si no fuera por la gran diferencia de peso y
tono muscular. Las hermanas gemelas estaban volviendo a conversar
luego de dos años de separación, en los que cada cual hizo lo que
quiso con sus cuerpos; sin embargo había llegado la hora de volver a
la normalidad. La conversación fue simple y directa: esa noche se
juntarían en el departamento de una de ellas, meditarían en
conjunto, y una vez alcanzada la vibración necesaria, cada alma
volvería a su cuerpo original, pues el experimento había terminado
y los resultados acerca de la desconexión físico espiritual estaban
a la vista.