-¿Qué estás esperando?
-El amanecer.
-Falta poco parece.
-Sí, parece que queda como media hora, como no tengo reloj…
-Verdad que ya no tienes. Pero son hartas las cosas que ya no tienes.
-Sí, de hecho en estos instantes no tengo nada. Hasta la ropa que llevo puesta es prestada.
-Pero bueno, ya pasará.
-Sí, al amanecer todo pasará.
-¿De verdad? Entonces queda cada vez menos… oye, te equivocaste.
-¿En qué?
-En lo de no tener nada.
-¿Ah sí, y qué tengo?
-Me tienes a mí.
-No, a ti es a quien menos tengo.
-Todos tienen conciencia.
-¿Tú eres mi conciencia? ¿Y dónde estabas cuando violé y maté a esas hermanas?
-Yo…
-Ya no importa, está por amanecer, ahí vienen. Tú atiende al cura, que yo me las veré con el verdugo…