Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, octubre 13, 2010

Historia de Sangre: Infierno

Historia de Sangre ©2007 Jorge Araya Poblete
Registro de Propiedad Intelectual Inscripción Nº 160719

Capítulo XXIX: Infierno

Oscuridad… silencio… ausencia de todo… la nada. Dolor, sufrimiento como sensación general, imprecisión para entender el entorno… en esa ininteligible maraña de nada, cientos de millones de conciencias intentaban comprender el estado que los definía y la ubicación de dicho estado. Ninguna de ellas conocía de la presencia de otras, y algunas ni siquiera de sí mismas. Muchísimas ni siquiera concebían la existencia de ese estado, y menos aún su dimensión. Sólo una sensación (que también causaba sufrimiento y dolor) rondaba en la nada y consumía a la mayoría de las conciencias: incertidumbre. Dentro de esa pléyade de conciencias, una de ellas, antigua, sabia, malvada, intentaba aclarar sus ideas. Mientras tuvo vida se le conoció como Blood…

La incertidumbre empezaba a incomodarlo. Estaba ahí, incorpóreo, como una conciencia en un algo no definido. Su memoria estaba intacta, todo lo vivido seguía en… en su todo… su mente trabajaba a la máxima velocidad posible, y lentamente creía estar comprendiendo… lo primero que creyó comprender era que había muerto. La roca dio contra el planeta y en ese instante todo acabó y apareció en esa nada. No estaba flotando en el espacio, pues no había estrellas ni restos del planeta destruido; no estaba soñando, era claro, simplemente porque nunca en su vida había soñado… eso era lo primero que tenía claro desde que estaba en su nueva condición (aunque aún no sabía cuánto tiempo había tomado esa concepción).

Muerto… si estaba muerto, sin cuerpo pero con conciencia, entonces era lo que algunos llamaban “alma”. Hubo un tiempo en que se dedicó a leer filosofía, para entender un poco el mundo de lo no físico; luego de cuarenta años estudiando dichos textos, y analizando a su luz la vida que tenía, decidió que de nada le serviría usar su tiempo en ello dada su aparente inmortalidad… además, un análisis superficial lo catalogaba en el grupo de los “malvados”, y la gran mayoría de los escritos coincidía en lugares comunes poco gratos para los miembros de esa categoría. Pero ningún texto siquiera lograba rozar tangencialmente lo que estaba aconteciéndole. Ahora estaba claro, estaba muerto y en el “infierno”, o como fuera que se llamara ese estado. Pero pese a lo incómodo que era sentir incertidumbre y no tener cuerpo, no cuadraban muchas cosas… no había para él un gran sufrimiento, ni tampoco se sentía alejado de lo que todos anhelaban (según los textos filosóficos) luego de morir. Dado que aún no recordaba el acontecimiento “muerte”, ese estado le parecía hasta placentero…

-Blood- una vibración hecha voz interrumpe sus ideas; en ese instante, reaparece su imagen corporal- ¿Cómo te sientes?
-…ehhh…
-Supongo que no me gritarás como la primera vez que hablaste- en ese instante una imagen corporal aparece frente a él, como si ambos estuvieran en una burbuja dentro de la nada.
-Luz…
-Sí… aunque aquí no es un nombre apropiado, sí, soy quien tú conociste como Luz.
-Y si no es un nombre apropiado el tuyo acá, podría suponer que “acá” es…
-Sí, lo que tú conocías como “infierno”.
-Es interesante.
-¿Qué cosa?, ¿el hecho de que estés en el infierno, o que no sea el mar de tormentos que leíste en tus adorados libros?- una suerte de sonrisa se dibujaba en la boca de Luz.
-¿No sería más fácil que tú hablaras libremente y me contaras las respuestas a todas las preguntas que sabes que te haré?
-Veo que la paciencia no es una de las virtudes que hayas aprendido en tu vida, hermano mío…-la expresión de Blood fue casi la misma que al ver el asteroide, segundos o milenios atrás.-Bueno, esa pregunta es de las más antiguas que tenías, y creo que era útil aclararla desde el principio. No había nadie capacitada para ayudarte en tu misión más que yo. Por eso aparecí tres veces por allá, aunque la última fuera sólo para ir a buscarte, por deferencia…
-Espera, dijiste tres veces. Te conocí al principio y luego al final, ¿cuál es la otra vez?
-¿Quién crees que activó todo el proceso de los descendientes?
-No entiendo eso de activar… ¿acaso eras la famosa bruja de la leyenda?
-Veo que aprendiste a deducir bastante bien…

Poco a poco la vista de Blood empezó a cambiar. Mientras pasaba el tiempo podía ver en la oscuridad que conformaba el todo en ese sitio. La oscuridad era inconmensurable. Dentro de ella millones de minúsculas esferas flotaban y vibraban a distinta frecuencia. En muchos lugares dentro de la nada había burbujas donde algunas de esas esferas tomaban forma corporal, permanecían un tiempo así y luego volvían a ser esferas; al volver a esa condición, su vibración cambiaba de modo tal que denotaba sufrimiento en sus diversas formas. Definitivamente ese era el infierno.

-Aún hay cosas que no soy capaz de deducir. Son demasiadas las cosas que no tienen sentido para mí, demasiadas las cosas que viví y que al parecer tienen explicación.
-Fue demasiado el tiempo que viviste, y mucho lo que hiciste.
-Y así y todo fue infructuoso.
-Eso es una conclusión, y esas van al final de los libros.
-Lo sé, viví de ellos y por ellos.
-Es demasiado minimalista ver tu existencia de ese modo.
-Creo que no estoy partiendo del principio. Veamos Luz, ¿qué soy?
-Así si, primera buena pregunta que escucho. Eres un demonio…

1 Comments:

Blogger rafiz_glam said...

HACE MXO Q NO PASABA X ACA SIGUES ESCRIBIENDO CON LA MISMA GRACIA¡

1:17 a.m.  

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