Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, noviembre 03, 2010

Cuenta regresiva

Cinco minutos faltaban para el principio del fin. Ya todo estaba dispuesto en las esferas superiores, y como era de esperar, no había ningún cabo suelto que pudiera alterar en algo el plan establecido. Los engranajes se habían echado a andar, cientos de miles de personas inconscientemente, y gracias a un plan maestro perfectamente estructurado, estaban haciendo realidad el instante más temido por todos: el fin de la vida humana en el planeta tierra.

Cuatro minutos. Era imposible echar pie atrás; pero pese a que casi quedaba sólo esperar a que todo sucediera, el séquito de empleados seguía monitoreando todo por si algo se salía de control para activar algún plan alternativo.

Tres minutos. La ansiedad empezaba a consumir a quienes sabían que la humanidad desaparecería en tan breve plazo. Muchos ojos confluían al cielo, unos por temor, otros por esperanza, algunos por resignación, los más en espera de ver lo que había de suceder.

Dos minutos. Mientras la vida en el mundo seguía tal cual, los últimos detalles se revisaban. Mientras ello se hacía, en algunas partes se descorchaba champaña, en otros se rezaba, e inclusive en algunos se cometía suicidio.

Un minuto. Los segundos empezaban a sentirse correr más rápido, las palpitaciones aumentaban, el sudor corría. Sólo quedaba esperar el resplandor, inequívoco signo del fin de la era del humano en la tierra. Tal vez quedaba mucho por hacer, tal vez la humanidad merecía una nueva oportunidad; pero ya se había decidido que el fin de la vida sería por mano del hombre y no de dios. De todos modos, había que hacerlo en ese instante: todas las profecías confluían a la misma fecha, todos esperaban que ocurriera, así que lo mejor era terminar con todo cuando los profetas lo habían estipulado; lo que esos hombres poderosos no sabían era que el mismo dios al que buscaban desafiar los estaba usando como su instrumento para el sagrado armagedón.

1 Comments:

Blogger C.G. said...

Jajajajajaja...
Onda nadie sabe para quien trabaja :-)
Oye, me hizo acordar a un mal cuento acerca de un relojito ;-)

6:32 p.m.  

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