Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, mayo 18, 2011

Pasos

Sus pasos sonaban con eco. El golpe de los bototos en el agua retumbaba en las paredes del túnel subterráneo. El alcantarillado no era un sitio agradable para trabajar, pero tal y como decía su padre, alguien tenía que hacer el trabajo sucio. Los años trabajando en la oscuridad, la humedad y los malos olores ya lo tenían curtido. Además de lo propio de encontrar en una alcantarilla, a veces aparecían cosas que no debían estar ahí; para eso estaba contratado, para sacar de ese lugar todo aquello que no correspondiera. Dinero, drogas, armas, cadáveres de humanos y animales eran frecuentes de hallar en algunos de los túneles, y su labor era sacar aquellos que podía, y avisar a la policía respecto de los que pudieran ser ilegales.

Esa tarde había sido otra aburrida jornada de trabajo, pues no había aparecido nada especial. Obviamente eso era bueno pues significaba menos esfuerzo y en algunos casos, menos problemas. Faltando una hora para terminar, no veía que nada pudiera alterar ese grato aburrimiento. Mientras caminaba de vuelta hacia la salida a la superficie escuchó una gotera. Para cualquiera sin experiencia el ruido de una gotera no se diferenciaba de cualquier otra, pero para él si había una diferencia: el eco. Para lo fino de las gotas, el eco que provocaban era inmenso. Al iluminar el lugar de donde provenía el eco, no logró ver nada. Las gotas caían en el piso del túnel, y desaparecían sin dejar rastro ni formar posa. Era inverosímil ese ruido sin haber gotas gruesas ni agua aposada. Lo más seguro es que debajo del túnel hubiera algún viejo forado, como recuerdo de alguna galería o acueducto en desuso. Al acercarse vio que los adoquines estaban levemente separados, y sin pensarlo dos veces les dio un brusco pisotón.

Sus pasos sonaban con eco. Era lo único de él que sonaba en el mundo real luego de atravesar el portal hacia la dimensión paralela aquella fatídica tarde camino de vuelta a la superficie. Su pisotón lo hizo pasar y lo dejó encerrado para siempre en un túnel eterno y sin fin que recorría el mundo entero, y que sólo dejaba pasar el eco de sus pasos, absorbiendo sus gritos, llantos, alaridos y golpes a la nada. Su única esperanza era que algún otro bobo pisara donde él pisó para reabrir el portal e intentar huir.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Un portal hacia otra dimensión Lo mejor para terminar con una pega aburrida y fome, cierto hon

11:25 p.m.  

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