Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, diciembre 12, 2012

Trova

El juglar llegó silencioso al pueblo, por el camino prinicipal y teniendo cuidado de no ser atropellado por los imrpudentes jinetes de Su Majestad. A poco andar se encontró en la plaza del pequeño villorrio; en cuanto se sentó en una de las piedras que protegían el pozo y sacó su laud, niños y adultos lo rodearon para escuchar la historia que el artista les cantaría. Por ser un pueblo pequeño y pobre, eran pocos quienes se detenían a cantar relatos en su plaza, dado lo exiguas de las propinas; sin embargo, ese poeta de la música sí se arriesgó a ganar poco, con tal de alegrar en algo las vidas de los villanos. Luego de un par de minutos de afinación del instrumento, y de un sorbo de agua para aclarar la voz, el juglar tocó un par de compases de introducción y empezar a cantar su relato, que versaba así:

“Cierta tarde en la ciudad
de más baja calidad
del Reino de la Pobreza
donde manda la pereza
llegó un muy feo juglar
a dejarles un cantar
a los villanos creyentes
que morirían valientes
esa tarde en la plaza”

Un murmullo generalizado llenó el ambiente, luego de lo cual se hizo un nuevo silencio para escuchar la estrofa siguiente:

“Todos miran asustados
al artista desgraciado
enemigo del dragón
quien arrastra destrucción
y que persigue celoso
al artista veleidoso
que almorzó un año nuevo
con gran gula los tres huevos
hijos de dragón y dragona”

El murmullo dio paso a asustadas miradas al cielo, y de cada vez más fuertes amenazas al juglar para que abandonara luego la ciudad; el hombre, haciendo caso omiso a las amenazas, prosiguió con su canto:

“En el cielo un silbido
pues sus alas ha batido
anuncia el ataque final
llamarada terminal
quemará a pobres villanos
que por lentos y marranos
no quisieron escapar
al terminar de escuchar
la estrofa tercera”

Terminado su canto un silbido se escuchó en el cielo, y el batir de las alas de la gran bestia levantó baldes y techos sin dificultad. De inmediato los aterrados habitantes iniciaron una fuga descontrolada por el camino de salida del villorrio, tratando de alcanzar lo antes posible el río que quedaba a unos dos kilómetros de distancia, para evitar morir quemados. El juglar miraba divertido la escena, mientras el dragón seguía revoloteando en el aire, lanzando una que otra llamarada a quien intentaba mirar atrás. De pronto el monstruo aterrizó al lado del juglar, quien nuevamente tomó su laúd e interpretó la última estrofa de su cantar:

“Aquí termina la canción
de la cruel maldición
que en hombre al dragón convirtió
y a su hembra no tocó;
y el dragón se ha de vengar
cantando como juglar
espantando a los humanos
por su pareja ayudado
y luego las cosas robar
y el resto del pueblo quemar
por toda la eternidad”

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Ohhh, raro el cuento. como buena villana me sentí aludida XD

11:12 p.m.  

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