Fuego
El mortífero fuego empieza a invadirlo, sin que él pueda hacer nada. Sabe que en la medida que el fuego se aleje de su brazo y se acerque a su cerebro su vida valdrá y durará menos. Ya había visto a muchos morir víctimas del fuego. Todos partían igual, primero por curiosidad, luego deseo, finalmente pulsión. Unos cuantos se asustaban en su primer acercamiento y se alejaban para siempre, pero aquellos que se atrevían una segunda vez, quedaban en las garras del deseo para siempre.
En su trabajo era habitual vivir al límite permanentemente, por tanto era común buscar desahogo donde fuera. Y si el desahogo mezclaba riesgos y placer, mejor se sentía la recompensa.
Mientras sentía el fuego subir por su brazo ya inutilizado, alejarse de sus dedos y acercarse a su hombro, un dejo de desilusión lo invadió, pero ya era demasiado tarde, no había vuelta atrás. Nada de lo hiciera impediría que el fuego llegara a su cerebro y acabara con su vida. Recordaba sus inicios, cuando llegó joven e inocente a su trabajo, cuando todos los días consistían en salvar las vidas del resto, sin medir el precio de la propia. Turnos de 12 o 24 horas lo absorbían, hasta que conoció el placer del fuego... desde ese día lo necesitaba más y más. Cada día sentía menos placer al salvar vidas y más al correr peligro. Y cada vez necesitaba correr más riesgos para lograr el mismo placer.
El fuego ya llegaba a su tórax, inflamando todo a su paso. De ahí al cerebro era un solo paso, y todo habría acabado. Por lo menos no tenía familia ni amigos, así que nadie lo lloraría. Ya no importaba, corrió el riesgo y perdió, ahora había que asumir. Aquellos que había salvado tampoco importaban, y aunque importaran, tampoco lo podrían ayudar.
Llegó la hora, el fuego llegó a su cerebro. Lentamente empezó a sentir su vida irse, a perder el conocimiento y los sentimientos. Ojalá nadie más fuera perjudicado por su decisión. Diez minutos más tarde, la enfermera encontró el cadáver del joven cirujano en la residencia médica; en el suelo, al lado de su cuerpo, la jeringa contenía los restos de la droga…
En su trabajo era habitual vivir al límite permanentemente, por tanto era común buscar desahogo donde fuera. Y si el desahogo mezclaba riesgos y placer, mejor se sentía la recompensa.
Mientras sentía el fuego subir por su brazo ya inutilizado, alejarse de sus dedos y acercarse a su hombro, un dejo de desilusión lo invadió, pero ya era demasiado tarde, no había vuelta atrás. Nada de lo hiciera impediría que el fuego llegara a su cerebro y acabara con su vida. Recordaba sus inicios, cuando llegó joven e inocente a su trabajo, cuando todos los días consistían en salvar las vidas del resto, sin medir el precio de la propia. Turnos de 12 o 24 horas lo absorbían, hasta que conoció el placer del fuego... desde ese día lo necesitaba más y más. Cada día sentía menos placer al salvar vidas y más al correr peligro. Y cada vez necesitaba correr más riesgos para lograr el mismo placer.
El fuego ya llegaba a su tórax, inflamando todo a su paso. De ahí al cerebro era un solo paso, y todo habría acabado. Por lo menos no tenía familia ni amigos, así que nadie lo lloraría. Ya no importaba, corrió el riesgo y perdió, ahora había que asumir. Aquellos que había salvado tampoco importaban, y aunque importaran, tampoco lo podrían ayudar.
Llegó la hora, el fuego llegó a su cerebro. Lentamente empezó a sentir su vida irse, a perder el conocimiento y los sentimientos. Ojalá nadie más fuera perjudicado por su decisión. Diez minutos más tarde, la enfermera encontró el cadáver del joven cirujano en la residencia médica; en el suelo, al lado de su cuerpo, la jeringa contenía los restos de la droga…
37 Comments:
Esclavo de sus deseos.
Éstos jamás se satisfacen.
En lo que se supone que podia ayudarlo estaba el final de su existencia. Muy buen relato. Saludos
Hola Blood: dos leídas, no entendía eso del fuego, jajaja, claro era droga, pero eso lo entendí después.
Lamentable, que se puede decir, gran lacra de toda la sociedad.
Un beso,
Pay
Nada que decir..excelente forma de hablar del efecto de la droga...la cagó...demasiado bien figurado.-
Cuídate.-
Estimado Blood, ¿quién sabe qué mecanismos mentales tienen las personas para llegar a drogarse?...quizás por ¿mitigar su propio dolor?, quizás...¿soledad? ¿cansancio? ¿experimentación personal? ¿superar su propia vida?...¡es tan difícil saber por qué!.
Tu relato guarda misterio casi...hasta el final
Dulce mañana, amigo
Qué hacer cuando uno se sumerge en delirios, cuando una diminuta dosis no la sabés medir, cuando te excedés por uno o dos microgramos y el sentimiento de euforia te llega y te colma con lo que jamás lograste imaginar, aún sabiendo que no harás más que recordar sombras de todo el mundo que viste allá en ese tunel, en esa jeringa...
Pronto vuelvo...
Que fuerte, tan letal y destructivo y sin embargo una realidad de la que si no logras escapar terminas muerto, como un fuego extinguido por otro fuego y al final, nada, sólo la soledad y la muerte.
Me dejó pensando.
Cariños
Yve
Querido Dr. Sanguinolento...me encanta que me haga pensar en una cosa y sea otra...le prometo que en cuanto tega diero le comprare su librito...
Besos
Sorecitas
Hola Doc.
me gusto muchooo, sigue escribiendo.
un saludo y cuidese.
un beso
Donde la venden ?
solo por la curiosidad
;)
Hola, estamos de regreso saludando a los amigos, tomados de la mano llendo a sus blogs, te invitamos a leer la segunda parte de la entrevista que Lully nos ha hecho...
http://www.equinoxio.org/columnas/elbalcon/princesa-dariak-y-cinque-el-milagro-se-dio-1356/
Abrazo de Luz y Muaaaaa.
Sí, la droga debe quemar el alma.
No en vano,
ella muestra un leve, levísimo,
atisbo del infierno.
Abrazos optimistas y buen finde:
olie
Y ese fuego a veces consume todo,unas más rápido, otras más lentamente se impregna en lo deseos y el llamado de la muerte.
Y la droga quizá sólo fue un pasó,la parte más rápida de su decisión o la más lamentable de su adicción..
Saludos estimado Doctor!
Auf Wiedersehen!
Es terrible el efecto de la droga, ojalà que tuviesen un fin tan ràpido como el cirujano, en la triste realidad, vagan por ahi en una lentìsima agonìa.
Para mi desgracia lo vivo dia con dia, ver esos pobres muchachos muertos en vida.
es terrible en verdad.
un saludo
Ufff... que fuerte, pero eso es lo que sienten muchos en este caso... creo que es una buan visión de lo que la droga puede llegar a hacer. Bendiciones.
Tus letras son como la sangre.
Esto me interesó prometo volver para leer lo que me falta.
Todos lo saben.. la droga mata lentamente... que importa, no tengo prisa.
Un Beso.
Hola, pasaba a saludar y dejar un cariño desde Buenos Aires.
MentesSueltas
Pictoricas Internas
ArguMentes
Gracias, muchas gracias.
esclavo del consumo, de la alquimia de transformarse, de dejar de ser forma, de intentar ser contenido... ¿te has dado cuenta que el drogadicto es un buscaadr de apegos?... y bien, no te he contado que Trabajo con el CONACE, y este cuento me encantaría para la reunión de la semana. ¿Puedo dar tu link para que lo lean?...
Ah!!!! besos de media noche... antes de salir a perderme en los vicios nocturnos, lo mínimo es que salude a mi gran amigo sangriento. jejejeje... (ves que amí también me gustan los puntos suspensivos?)
Me encantó tu esapcio... hmm, fuego... (???)
Sabes? yo estoy en busca de un vampiro... ¿sabes dónde puedo encontrar uno?
Vaya, vaya, sí, hablamos del mismo tema. Es sólo que mi amigo está en el borde del abismo, y no me gustaría que saltara, pero no hay mucho que pueda hacer para evitarlo. Además, no quiero ser la enfermera :P.
Un abrazo escarlata.
...kema komo la puta' madre
Una vez cruzas el fuego...,
te invita a quedarte para siempre.
DTB
Ojalá no sea yo la enfermera que encuentre muertos por ahí.
Leí algo por ahí de que ibas a sacar unos libros? genial!
Un abrazo.
no pues con esa amenaza volví a entrar y a postear aunque sea pa decir que me carga el font rojo y que no lei nada, aunque algo de bueno deber haber, porque me hizo mucha gracia la amenaza.
capaz que vuelva.
Chuta que fuerte!!! Hace tiempo que no venía a verte ni a disfrutar de tus cuentos!!!
Y quedé pa'dentro, pensativa... qué tendrá el fuego que aunque queme y duela siempre te hace volver por más eh???
Desgraciadamente si le preguntas a los cadáveres, ninguno es capaz de darte una respuesta...
Un beso como eso que te gustan, sangrientos...
Icy
ahhhhh!!!!!.....
buen relato....
SALUDOS!!
tejiendo...tejiendo...
Blood!
Estai locoooooo!!! Locooooooooo!!!
jajaja, y con este frío como que me gustó sentir el calor del fuego en mi cerebro (y sin drogas)...
Un beso!
Alfonsina (...Cicuta O Maleza?...)
que tal Blood: buen relato...el fuego una forma cruel de morir..ojala su proxima vida elija el agua para vivir..
Shalom
Caballero, ¿no lleva usted mucho tiempo descansando de trazar palabras?
Dulce noche
La droga y sus efectos son algo tremendo, un cancer social que debieramos enfrentar con todas nuestras herramientas sin escatimar en nada.
Notable como siempre el relato,realmente impactante y segun mi humilde opinion lo mejor en su genero.
Saludos y gracias por pasar por la ciudad
Hola Dr. Blood:
Este texto yo lo utilizaría para mostrar a quienes piensan que las drogas son algo que pueden controlar y dejar cuando quieran.
No hay ninguna adicción que termine bien.
Un abrazo. Excelente texto.
ejejejej....quizas si!!...quizas no!!!
es relativo...
graxias por tu visita...
SALUDOS
Estimado doctor:
Hasta aquí le he leído, y me a gustado su forma de escribir, no son historias de terror, si no de la vida real. Específicamente, en este escrito nos habla de la dependencia, de la prisión y cadena perpétua que provocan la drogas.
Respetuosos saludos.
Uff.. me llegó... Es por eso que dejé los dobles cuartos turnos... reventada!!, pero mi droga no era una droga o si lo era, ..no lo sé... espero que no lo sea.
Cuando la pasión se transforma en fuego.. que te mata.
El fuego que nos consume a veces no es de ese tipo. Cuando es parte de la vida, cuando es algo que llevas dentro y no externo, cuando es algo mas que eso. Cuando es parte de tus huesos y tu sangre, cuando te come desde dentro te fagocita lentamente y sabes que sin ello mueres... y le puedes llamar...
llamale como kieras. no?
a tdo esto.. a que fué la enfermera en la residencia médica.. mmm jajajaj ( k mal pensada yo).. enfermera tenía k ser.
Besillos, exelente tus blog`s. Pero creo que moderaré mis comentarios. Porque no quiero que pienses que soy una lunática, ezquizoide, obsesiva detrás de tus escritos... aunk si lo piensas que mas da!! Igualmente Dejaré lectura para mañana.
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