Guerra santa
El viejo guerrero afilaba pacientemente su espada. Eran cientos las noches previas a alguna batalla en que había hecho el mismo proceso. Sentado a la luz de la luna o de una fogata acariciaba una y otra vez la hoja de acero con la ya gastada piedra de afilar. Cada vez que la piedra recorría la hoja pensaba en los cuellos y extremidades cercenados, en los torsos atravesados, en la sangre que resbalaba hasta el cubremano y la contaminaba. Sí, él luchaba por su fe, eliminando infieles a diestra y siniestra, y siempre que terminaba una batalla quedaba empapado en sangre contaminada. Pero no importaba, el agua limpiaba esa sucia sangre y eliminaba todo rastro de pecado de su ser; valía la pena el sacrificio de sangre para que su dios venciera al del rival.
Pero la batalla que venía era diferente. El general les avisó que un grupo de su misma fe estaba dando problemas, y el líder religioso ordenó que fueran atacados y eliminados. Esta sería la primera vez en que blandiría su espada contra alguien de sus mismas creencias. Pero si el general y el líder lo ordenaban, era por algo. Y mientras imaginaba la sensación de matar a uno de los suyos, terminó de afilar su arma y se dispuso a dormir.
A la mañana siguiente, al despuntar el alba, todo estaba listo. Atacarían en silencio, tratando de eliminar a la gran mayoría sin combatir, y luego daría cuenta de los que alcanzaran a despertar. Cuando estaban por llegar, los perros del campamento empezaron a ladrar con furia, lo que acabó con la sorpresa. Rápidamente el guerrero se adelantó, pues le habían ordenado matar al jefe del campamento. La contienda fue brevísima, al tercer golpe había dejado sin guardia al capitán, al cual atravesó en el corazón para no hacerlo sufrir. Al sacar la espada y elevarla para atacar al siguiente, la sangre del capitán resbaló por la hoja y llegó a su mano. En el instante en que la tocó, su mano y luego su cuerpo empezaron a arder, víctima de la sangre impíamente derramada…
Pero la batalla que venía era diferente. El general les avisó que un grupo de su misma fe estaba dando problemas, y el líder religioso ordenó que fueran atacados y eliminados. Esta sería la primera vez en que blandiría su espada contra alguien de sus mismas creencias. Pero si el general y el líder lo ordenaban, era por algo. Y mientras imaginaba la sensación de matar a uno de los suyos, terminó de afilar su arma y se dispuso a dormir.
A la mañana siguiente, al despuntar el alba, todo estaba listo. Atacarían en silencio, tratando de eliminar a la gran mayoría sin combatir, y luego daría cuenta de los que alcanzaran a despertar. Cuando estaban por llegar, los perros del campamento empezaron a ladrar con furia, lo que acabó con la sorpresa. Rápidamente el guerrero se adelantó, pues le habían ordenado matar al jefe del campamento. La contienda fue brevísima, al tercer golpe había dejado sin guardia al capitán, al cual atravesó en el corazón para no hacerlo sufrir. Al sacar la espada y elevarla para atacar al siguiente, la sangre del capitán resbaló por la hoja y llegó a su mano. En el instante en que la tocó, su mano y luego su cuerpo empezaron a arder, víctima de la sangre impíamente derramada…
Quedais todos invitados el martes 9 de este mes, al crepúsculo, a visitar este humilde blog, so pena de fenecer por inasistencia, y de perderos la sorpresa de cumpleaños que os tengo.
25 Comments:
Hola Doc...
No entendí muy bien esta historia, será que la fiebre de mi resfriado me está haciendo efecto o soy solo yo la estupida...
Habrá que pasar el martes, ya veo que me degollas si no vengo. =)
Cuidese.
un beso!
Estas de cumple blog???
Bueno, aquí estaré, pediré permiso en el trabajo!!
Un beso Bood!!
Un castigo divino producto de una guerra sin sentido en el nombre de algún dios (notese que lo escribí con minuscula).
Saludos y estaré por aquí en tu cumple-blog.
PD: Y recuerda votar en el Mister Blogger por la pareja 17, Puro Filete!!.
Uhmmm... ¿Ha notado usted doctor, que está pasando por un período de consecutivos ataques místicos? A mi parecer podría tratarse de un Síndrome del tipo "Eh deus volo locutus tu"... no se pasa precisamente rezando, sin embargo nunca está demás. Yo tuve algo parecido y mire como quedé.
Trataré de aparecerme el ocaso del 9 para dejarle su Apio Verde. Téngame una chelita helada. Si es una Samuel Smith's IMPERIAL STOUT... le regalo un vinito bueno. Talvez un Miguel Torres o un Casas Patronales... jaja.
Un "Abrazo Broddaaa..." si no me alcanzo a aparecer.
Abs
Nada para extrañarse. Los extremos religiosos suelen tener ese tipo de comportamiento. No ves que cada uno se cree más cerca de su dios que el otro? y hay que eliminar la competencia para llegar al cielo, nirvana, perfección, etc,etc,etc...
Saludos nocturnos
Me sonó muy a revancha contra el Islam este artículo...que te puedo decir...me gustó harto.
Me quedé con la duda de la sorpresa...ajajajja..mejor anotarla, ni hay con el boogeyman.
Cuídate.-
Es cierto, cuando actuamos desde la injusticia sentimos esa quemazón en el cuerpo al saber que hacemos lo incorrecto... besos!
Que pena que esos siervos no tengan la capacidad para cuestionar a veces a sus senores, porque mas de alguna vez les exigen matar en nombre de "Dios" sin decirles que la verdad es en su propio nombre. :-(
Aloha!!
Coincido con Pancha ... pero la pregunta que me asalta és : Sentirá lo mismo el que me bajó del mundo ?
Un abrazo
Alejandro
Pa mí, ni las guerras santas ni las no santas...
Amigo!!! cien veces afilada la espada para el cumpleaños?????
No he escrito pero estoy ves?... ni mil abezas cortantes ni nada me alejan... y tengo una pregunta: ¿estás triste por el club???????? no supe nada más, nadie habla, yo los extraño mucho y ando toda nostálgica ahora visistándolos... snif, snif... no me cortes la cabecita.... TQM
Mas que ver lo de la guerra santa...
creo que a veces debemos hacer eso. sin importar quiene es, es como traicion pero con razon.
Creo que todos mas de alguna ves lo hemos echo...o no!!
esperaremos el 9..
suerte caballero
Uuuh, ¿una sorpresa?... espero que logre sorprenderme, aunque viniendo de este blog realmente creo que si lo hará.
Saludos.
saludos sangrientos amigo mio.
Por acà andaremos atentos, nomàs no dejes entrar al guerrero, o por lo menos escondele la espada asesina.
saludos .
aquí estaré
besazos
(me dejaste intrigada)
Verónica
Pues aparte de la curiosidad de la continuación he de regresar el martes.
Un saludo.
Hasta luego.
sorprendidisima!!!..pero viva..yheaaaaa..buen blog!!! feliciteishon..
hola sólo pasaba a saludar y a decirte que estoy de vuelta...
un abrazo
Dulce Doctor, la guerra...santa o no, yo estoy en contra de ella.
Guárdame un sitio en tu cumple, estaré ahí
Dulce noche
Esperaremos impacientes entonces mi querido Blood...
1 abrazo
Guau!
Buena historia...
Lo de las guerras santas son la historia de la humanidad, TODAS las guerras son santas para quien las inicia, siempre fue así.
Hasta pronto :D
PD: Actualicé mi blog, pasate.
De su propia mácula murió...Aqui estaré en primera fila, en el crepúsculo...
Besooooooooooos.
acá andamos
te sigo en la oscuridad
Todavìa no es el crepùsculo..
pero el rojo del fuego ardiendo en las manos de un guerrero estùpido, enciende mi propia alma. No es necesaria la hoja de una espada para la justicia divina...
abrazos de luz.
Publicar un comentario
<< Home