-¿Qué haces?
-Medito.
-Ah… ¿y para qué?
-Para alcanzar la iluminación.
-¿Y qué es eso?
-El estado de total abandono de la mente.
-Ah… ¿y de qué sirve?
-Me sirve para comprender el sentido de la vida.
-¿Y para qué?
-Para adquirir un conocimiento que pocos tienen, y que se acerca a la sabiduría.
-Ya… entonces meditas, alcanzas la iluminación, entiendes el sentido de la vida, te conviertes en sabio, ¿y?
-Eso.
-¿Eso? ¿Te lo guardas? ¿Y a quién le sirve guardado?
-Es que cada cual debe alcanzar…
-Oye, ¿cuando meditas respiras?
-Muy lento pero sí, sino moriría.
-Viejo, ¿ese del suelo no es tu cuerpo…?