-Despierta.
-Mmmmmm…
-Ya pues gordo, despierta.
-Ay, no molestes… ¿cinco minutitos más?
-No, ya estamos atrasados.
-Por favor, está tan rico aquí… quedémonos un rato más.
-No, si ya es hora y descansamos harto.
-¿Hagamos cucharita un poco más?
-Ya te dije que no, no insistas. Levántate.
-Ya, ¿qué te cuesta? Siempre eres tan cuadrada para los horarios, ¿qué más da cinco minutos?
-Córtala, llevamos veintitrés siglos esperando a la dichosa alineación de planetas para poder revivir y apoderarnos del mundo, y justo ahora te pones remolón.