-Hola doctor
-Hola Marta, ¿cómo estás?
-Ehh... ¿la verdad? Mal.
-¿Qué te pasó? Hasta el último control el tratamiento iba perfecto.
-Ehh... bueno doctor, eso no es tan así. Yo quería creer que estaba mejor, pero no es verdad.
-¿Cómo así?
-Es que igual le tengo un poco de miedo a tanta pastilla, he escuchado tantas cosas en la sala de espera que de verdad estoy asustada.
-Pero tú tomas sólo una pastilla.
-Es que nunca me ha hecho bien. Pese a tomarla ordenada, con horario y todo, las alucinaciones no ceden.
-Ajá. ¿Y cuáles son las alucinaciones de ahora?
-Las mismas de siempre, sigo viendo gente asesinada que se acerca a mi para que las ayude a delatar a sus asesinos y con ello encontrar su paz eterna. Basta con que aparezca un crimen nuevo en las noticias para que se me aparezca el alma de ese muerto a pedir ayuda.
-Ah bueno, por lo menos no es nada nuevo. Deja ver en tu ficha qué estás usando... ah, la pastilla que está en fase de prueba. Bueno, creo que volveremos al tratamiento viejo pero que ya está probado.
-¿Y esa sí me quitará la enfermedad doctor, o al menos la estabilizará?
-¿Enfermedad? ¿Qué enfermedad? Parece que no estamos hablando de lo mismo.
-No lo entiendo doctor.
-A ver, aclaremos esto de inmediato. Tú no estás enferma de nada, y la pastilla no es un tratamiento.
-¿Qué?
-Tú eres una médium, y las pastillas son para bloquear tu capacidad de comunicación con las almas en pena.
-¿O sea que...?
-No digas nada más; además, en cuanto la tomes olvidarás todo, inclusive esta conversación...