Confesionario
-Confieso padre que he pecado.
-Cuéntame hijo, ¿qué pecado cometiste?
-Soy ladrón padre. Toda mi vida he sido ladrón, y necesitaba contarle.
-Hijo, el robo es un delito, dios puede perdonar tu pecado, pero ello pasa porque te arrepientas y pagues por la ley del hombre. ¿Y has herido físicamente a alguien con tus robos?
-Físicamente no padre, pero cada vez que lo hago dejo una huella intangible pero imborrable en mis víctimas. Generalmente no se dan cuenta, me gano su confianza, les hago creer que necesito de ellos. Cuando me voy, siempre llevo conmigo el botín; para cuando lo notan, ya es demasiado tarde.
-¿Y entras a la casa de tus víctimas a robar?
-Sí padre, mis víctimas son demasiado confiadas, aún creen en la bondad de las personas, me reciben y me acogen como si fuera de la familia.
-Vaya, o sea que además de robar sus bienes también robas su confianza.
-No padre, son tan inocentes que después que los robo siguen confiando; no sé si no pueden o no quieren abrir sus ojos a la realidad.
-Mmm... ¿y qué harás después que pagues tu deuda con la sociedad y que dios te perdone?
-Padre, no me entregaré.
-Entonces no te puedo ayudar, hijo.
-Ya lo hizo padre, y tal como el resto no se dio cuenta.
-¿De qué hablas?
-Se te olvidó preguntar algo, sacerdote.
-¿Qué?
-Nunca me preguntaste qué es lo que robo.
-No me interesa saberlo, me interesa tu...
-Pues debería, sacerdote.
-Bueno, ¿qué es lo que robas?
-Le robo el alma a los curas y se la entrego al príncipe del mal. Gracias por todo, pobre tonto...
-Cuéntame hijo, ¿qué pecado cometiste?
-Soy ladrón padre. Toda mi vida he sido ladrón, y necesitaba contarle.
-Hijo, el robo es un delito, dios puede perdonar tu pecado, pero ello pasa porque te arrepientas y pagues por la ley del hombre. ¿Y has herido físicamente a alguien con tus robos?
-Físicamente no padre, pero cada vez que lo hago dejo una huella intangible pero imborrable en mis víctimas. Generalmente no se dan cuenta, me gano su confianza, les hago creer que necesito de ellos. Cuando me voy, siempre llevo conmigo el botín; para cuando lo notan, ya es demasiado tarde.
-¿Y entras a la casa de tus víctimas a robar?
-Sí padre, mis víctimas son demasiado confiadas, aún creen en la bondad de las personas, me reciben y me acogen como si fuera de la familia.
-Vaya, o sea que además de robar sus bienes también robas su confianza.
-No padre, son tan inocentes que después que los robo siguen confiando; no sé si no pueden o no quieren abrir sus ojos a la realidad.
-Mmm... ¿y qué harás después que pagues tu deuda con la sociedad y que dios te perdone?
-Padre, no me entregaré.
-Entonces no te puedo ayudar, hijo.
-Ya lo hizo padre, y tal como el resto no se dio cuenta.
-¿De qué hablas?
-Se te olvidó preguntar algo, sacerdote.
-¿Qué?
-Nunca me preguntaste qué es lo que robo.
-No me interesa saberlo, me interesa tu...
-Pues debería, sacerdote.
-Bueno, ¿qué es lo que robas?
-Le robo el alma a los curas y se la entrego al príncipe del mal. Gracias por todo, pobre tonto...
1 Comments:
GENIALLLLLLLLLLLLLLLLLLL MI DOC!!!!!!!!!!!!!!!!!! ME ENCANTOOOOOOOOOO!!!... Ahora esto es una fantasía doble, porque ya no hay entes que puedan robar almas así de fácil y curas "inocentes y confiados"... Jajajajja!!!!
Me gustó!
Publicar un comentario
<< Home