-Listo colega, está el paciente anestesiado y la zona quirúrgica delimitada. A trabajar.
-Bien, bisturí.
-Cuidado, el corte debe ser muy sutil, no debe dejar nada alterado pero tampoco dañar lo sano.
-Lo sé profesor, lo sé. Por ahora vamos bien.
-Vas bien, el crédito es todo tuyo, yo sólo estoy de ayudante.
-Gracias profesor. Listo, extirpada la lesión.
-¿Completa, estás seguro?
-Sí profesor, no quedó nada dañado en el cuerpo ni nada sano en la pieza operatoria.
-Bien, esperemos que el patólogo piense lo mismo que tú. Prosigue.
-Sutura.
-Recuerda ser igual de sutil para suturar. No debes pasar a llevar nada al cerrar la herida.
-Estoy consciente de las eventuales consecuencias profesor, pero hasta ahora todo ha salido bien.
-Así veo, creo que tienes un gran futuro en esta especialidad.
-Gracias profesor. Listo, terminé.
-Deja ver... perfecto, no quedará cicatriz ni secuelas. Si retiraste todo al cortar el paciente podrá proseguir su vida sin contratiempos.
-Bien. Profesor, ¿me puedo sacar ya el casco? Me duele demasiado el cuello.
-Sí, ya puedes sacártelo. Ese es uno de los problemas que aún tenemos con estas cirugías, el tamaño de los accesorios.
-Pero en algún momento se arreglará, alguien logrará miniaturizar todo este aparataje.
-Por supuesto, probablemente los japoneses ya están trabajando en eso. Aunque seamos sinceros, vale la pena el dolor de cuello por el peso de la cámara kirlian con tal de poder operar el aura.