Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, enero 16, 2013

Baño

Mientras la estridente sinfonía inundaba sus oídos y anestesiaba su cerebro, Marta tomaba un baño de tina para relajarse. La vida se ensañaba día tras día con ella, así que tenía que buscar algo que la sacara de ese estado de sufrimiento constante que significaba seguir viva. El dolor y la pena parecían enmarcar cada paso que daba en su camino, hasta que entendió que dar la batalla contra la realidad era imposible, y aprendió que estaba en ella salir de esa vorágine y buscar alguna vía alternativa para avanzar con menos pesar. Así, había adquirido una simple rutina que la liberaba de todos sus dolores: cada vez que las cosas andaban peor que de costumbre en su trabajo, en cuanto llegaba a su departamento se desnudaba, ponía algún concierto o sinfonía a todo volumen, y luego de un rato tomaba un reparador baño de tina.

Marta era una mujer madura y solitaria, soltera y sin hijos por culpa de malas decisiones en su juventud; ahora era discriminada y mal mirada por no tener una familia de la cual enorgullecerse o criticar, y sin más tema de conversación que sus sueños e ideales, anacrónicos y sin sentido para quieres la rodeaban. Su vida giraba en torno a su trabajo, luego de lo cual llegaba a su departamento a soñar con la vida que pudo haber tenido si hubiera decidido distinto en cada etapa de su vida. Si no fuera por la música y sus baños de tina, probablemente se habría suicidado.

Marta llegó tarde a su hogar ese día, una reunión se alargó más de la cuenta, echando a perder los planes de sus compañeros de trabajo y amargando su día producto de los reclamos y malos tratos de sus jefes y la indiferencia de sus subalternos. Esa noche sería imprescindible implementar su rutina, si quería volver al trabajo sin problemas al día siguiente. Luego de dejar el bolso con su notebook y sus documentos encima de la cama, se desnudó y puso uno de los cedés de música clásica a máximo volumen. A los cinco minutos, una seguidilla de fuertes golpes en su puerta la hicieron pararse del sillón en que esperaba pacientemente, y abrir su puerta hasta atrás; uno de sus vecinos venía a reclamar por el ruido ensordecedor, encontrándose con la mujer desnuda que coquetamente le dio la espalda y se encaminó hacia el baño. El hombre la siguió de inmediato cerrando tras de sí la puerta de entrada; al entrar a la sala de baño vio que la mujer estaba acostada en la tina. El hombre se acercó y se inclinó sobre ella, siendo recibido con un certero corte en el cuello con una vieja navaja de afeitar bien afilada. Por fin Marta podía disfrutar de su baño de tina, cinco litros de sangre eran más que suficientes para lavar sus frustraciones y borrar sus penas.

2 Comments:

Blogger LA LOCA DE LA CASA said...

"Las malas decisiones", tienen que acabar con la muerte?. No me gustó, lo encuentro misogino y machista.
Coqueteo, desnudez y poder/muerte. No me parecen una buena combinación.

8:51 p.m.  
Blogger Unknown said...

Bañarse en una tina de sangre... like a boss :)

11:30 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home