Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, enero 23, 2013

Caos

Caos. El estructurado desorden era el amo y señor de la batalla de los elementos por ganarle lugar al otro en el finito e ilimitado universo de los pensamientos en mi mente; eso, hasta que la semana pasada descubrí mi verdad, lo que me permitió entender todas las cosas que han sucedido en mi vida hasta este minuto. Ahora el caos es mi esencia, y yo soy el origen de dicho desorden.

Caos. Del mal mirado caos mana el orden en algún momento de mi creación, permitiéndome seguir con mi obra creadora universal. No sé por qué les cuento esto, está claro que sus limitadas y estructuradas mentes jamás serán capaces de entender que el desorden es un modo de orden, que el caos es una estructura que nada tiene de azarosa, sino que sigue un patrón que tiende a tomar forma cuando logra su propio equilibrio. Del caos nace el todo, y el todo tiende al caos al final de los tiempos.

Caos. Mi mente es un caos que nadie es capaz de controlar. Lo que para ustedes es silencio para mi es el ensordecedor ruido de la nada, lo que es felicidad en mi cabeza es tristeza obnubilada, la esperanza es una pesadilla con final incierto, el amor es un desequilibrio químico no renovable, el odio es lo mismo que el amor, la tristeza... la tristeza es vida, es realidad, es una musa que dicta metacantos a mi mente para que ella los tergiverse y transforme en manuales técnicos; ¿y el alma? No es más que la expresión metafísica del cerebro.

Caos. Todo bulle como un gigantesco hervidero, donde las moléculas de la existencia estimuladas por el calor de la destrucción chocan excitadas unas contra otras buscando eliminarse entre sí, pero que sólo logran expandirse desde la concentración máxima hacia el mínimo infinito, pasando por la eterna senda del descontrol sin guía aparente, pero siguiendo un plan establecido en mis genes que los lleva a acercarse cada vez más al límite incidental e inconmensurable de la superficie interna de mi cráneo. Así, a medida que cada millonésima de segundo le da paso a la siguiente, el calor generado por la destrucción de mis pensamientos y de mi razón, hacen hervir mis dogmas para transformarlos en ideas libres que vuelan a la velocidad de la luz dentro de mi calota, para encontrar la salida a través de mi cuerpo y expresión a través de mis actos. De ese modo el caos mental y metafísico transmuta en realidad estructurada y se manifiesta en el mundo que todos decimos conocer.

Caos. El caos ya es pasado, el presente es orden, derivado del caos. Gracias a la disgregación de lo concreto logré entender mi esencia abstracta. Ya no lucho contra las ideas, dejo que manen libremente y que se hagan verdad, aunque no lo sean para ustedes. No me interesa si no lo entienden, pues yo tampoco lo entiendo. Morirán, porque el orden manado de mi caos lo necesita, para seguir en equilibrio y poder crear más caos.

2 Comments:

Blogger Unknown said...

Caos-orden-orden-caos... su equilibrio sigue siendo parte del misterio de la life..

12:02 a.m.  
Blogger LA LOCA DE LA CASA said...

Ese es el Dios que me enseñaron... Igualito. Cariños

11:10 p.m.  

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