Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, mayo 07, 2014

Maquillaje

En las postrimerías de la vida, Raquel insistía en maquillarse exageradamente. La mujer de 84 años podía pasar hambre, tener sed, estar enferma, triste o sola, pero nada la sacaba de su ritual de maquillaje matinal. Lápiz labial rojo brillante, base rosada, sombra de ojos color casi celeste y delineador grueso terminaban con su cara marcada como para un show de rarezas de televisión, cosa que hacía extremadamente feliz a la añosa mujer, quien se paseaba orgullosa por su casa y por el barrio, cuando debía salir de compras al almacén de la esquina. Ni los ruegos de su familia, ni los consejos del sacerdote, ni las burlas de algunos desalmados lograban convencer a la mujer de maquillarse de un modo más normal, y de dejar de gastar casi un cuarto de su exigua jubilación en maquillaje.

Esa tarde Raquel veía las noticias con tranquilidad, pues ya estaba bien maquillada, y ese día el dinero le había alcanzado para comprar un pan y una mermelada, así que hasta podría almorzar. De pronto el noticiario anunció lo que todos temían, y que ella sabía que tenía que ocurrir; luego de ver en todos los canales y asegurarse que no había lugar a dudas, partió a su dormitorio a buscar su maleta de maquillaje.

Raquel estaba sentada en la mesa del comedor, retocando su maquillaje. El dolor en su abdomen se hacía cada vez más insoportable, pero no podía morir sin retocar su maquillaje por última vez. Luego de ver las noticias, sacó de su maleta de maquillaje el veneno para ratones, lo mezcló con mermelada y se lo comió con pan, para luego terminar de tragar con el resto de paquete de mermelada. Raquel estaba cada vez más débil y adolorida, pero no cejaba en su lucha por maquillarse exageradamente como siempre; sólo cuando el espejo mostró el rostro que ella quería ver, se pudo dejar caer al suelo para empezar a vomitar sangre y morir finalmente asfixiada.

Cinco minutos más tarde, la debacle empezó. La puerta de la casa de Raquel fue arrancada de cuajo; en cuanto vieron su cadáver, todos se acercaron a ella, pero en el instante de levantar su cabeza, los zombies se encontraron con el rostro más horrible que podrían haber imaginado. Era tal el nivel de terror que causó en todos los monstruos la bizarra mezcla de colores, que ninguno se atrevió a devorar el cada vez más seco cerebro de la horrible Raquel.

1 Comments:

Blogger LA LOCA DE LA CASA said...

Premonitoria la señora...

8:57 p.m.  

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