Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, diciembre 03, 2014

Caverna

Uno, dos, tres golpes de pedernal fueron suficientes para encender el pasto seco que tanto costaba mantener alejado de la humedad en la caverna. Día tras día se hacía más fácil encender el fuego, y más difícil mantenerlo encendido y tener pasto preparado para lograr utilizarlo. Luego que la llama alcanzó el tamaño y la fuerza necesarias para mantenerse viva al menos por las siguientes dos horas, Uk tomó el palo con la enredadera seca envuelta en uno de sus extremos que había aprendido a fabricar hacía algunos meses, la encendió, y se internó con su antorcha en las profundidades de la caverna.

Uk era un homínido viejo. Con cerca de veinticinco años, estaba en las postrimerías de su existencia, por lo cual ya no temía casi a nada, pues en su larga vida había pasado por todo lo imaginable. Sus padres murieron aplastados en una cacería, para luego ser devorados por sus circunstanciales presas; había aprendido a cazar, pescar, nadar, encender fuego y reconocer las señales de la naturaleza, por lo cual pudo llevar una existencia bastante aceptable. Los años le habían enseñado además que todos los seres vivos existían por algo; sin embargo, había congéneres suyos a los que encontraba inútiles, débiles e innecesarios, y con los cuales nunca pudo conectarse adecuadamente: los brujos.

Uk había sido expulsado del clan. Uno de los brujos intentó quitarle parte de su comida para hacerle una ofrenda a los dioses; cuando Uk vio que uno de ellos se comía las ofrendas, defendió lo que le querían quitar, hiriendo gravemente al curandero, quien de inmediato lo maldijo y puso al clan en su contra, obligándolo a partir. Uk tomó sus herramientas, pedernales, y los restos del animal que le quisieron quitar, e inició el éxodo hacia el lugar que nunca nadie había podido visitar: la morada de los dioses.

La morada de los dioses era una enorme caverna, alta y húmeda, vedada a su clan por los brujos, quienes sabían que en ese lugar habitaban sus deidades, por lo cual no podía ser habitada ni visitada por ningún ser inferior. Ahora que Uk  no era parte del clan, podía visitar el lugar sin temor a que algo malo le pasara al resto. De todos modos, pensaba que si los brujos se comían las ofrendas, era muy probable que los mentados dioses no fueran más que una excusa para sobrevivir a costa del resto, sin tener que cumplir las agotadoras labores de los homínidos comunes y corrientes.

La caverna era extremadamente grande, tanto que Uk llevaba tres días avanzando sin lograr llegar a su fin, o a una nueva salida. Sus provisiones se estaban agotando, y sólo le quedaba pasto seco y antorchas para dos días más: si seguía avanzando sin llegar a ningún lugar, corría el riesgo de morir de hambre, sed, o no poder encontrar el camino de vuelta. Sin embargo, Uk estaba decidido a hacer el mejor intento por encontrar la verdad, y el miedo a morir no era impedimento para seguir avanzando.

Uk avanzaba con su antorcha a medio quemar por la oscura caverna. Pese a llevar cinco días caminando y haber agotado todas sus provisiones, el lugar seguía siendo del mismo porte; esa caverna era muy extraña para Uk, pues no parecía haber piedras fuera de lugar, ni formaciones que interrumpieran la continuidad de la marcha, ni hilos de agua que se aposaran: todos fluían hacia el aparentemente inexistente final del atípico lugar.

De pronto Uk vio que pese a que la antorcha estaba casi completamente consumida, la caverna parecía estar más y más iluminada, señal inequívoca de haber llegado al otro extremo de la formación. Uk se echó a correr para ver luego cómo era el otro lado, y empezar a buscar qué cazar para reponer sus reservas. De improviso Uk se encontró con una imagen incomprensible: la caverna, luego de una curva, se abría a un espacio cuatro veces más alto, lleno de una claridad casi enceguecedora, repleta de árboles y rocas de materiales que brillaban como estrellas de día. De una de esas rocas aparecieron dos dioses, que casi lo doblaban en estatura, cuyas pieles tenían la misma claridad que la luna, y cuyos rostros estaban desprovistos del vello necesario para sobrevivir a la intemperie. Los brujos tenían razón, y ahora Uk estaba siendo juzgado por los dioses, quienes hablaban entre ellos y decidían el futuro del homínido, quien recordando las lecciones de los curanderos, se lanzó al suelo y se tapó la cabeza, esperando su destino.

—Parece que este es el único de los sujetos experimentales que sirve a nuestros propósitos.
—Claro, pudo desembarazarse del clan y buscarnos. ¿Pasamos a la etapa 3?

1 Comments:

Blogger Icy said...

Entonces ahí Uk dijo "Uf!"... :)

8:05 p.m.  

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