Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, noviembre 08, 2017

Trabajo

La joven mujer digitaba raudamente en el teclado de su computador en la oficina donde trabajaba. Había llegado hacía una hora, y ya tenía completo el trabajo de casi toda la mañana. Ese día había despertado inusualmente activa y acelerada, se había bañado en la mitad del tiempo que le tomaba el resto de los días, y había salido de su hogar quince minutos antes de la hora de siempre, llegando a la oficina primero que todos sus compañeros de trabajo. Al parecer esa sería una jornada de gran actividad, por lo que aprovecharía para ponerse al día de todos los trabajos pendientes que tenía.

A las once de la mañana en esa oficina se acostumbraba a parar unos cinco minutos para tomar un café y compartir con los compañeros de trabajo. A esa hora la joven mujer ya había digitado todo el trabajo que le había quedado pendiente del día anterior, y había completado toda la información que debía entregar ese día al horario de salida, por lo que se dispuso a ir a tomar café. Cuando llegó a la sala habilitada para ello, notó que sus compañeros de trabajo se movían lento y hablaban pausada y profundamente, cosa a la que no le dio mayor importancia. Una vez hubo terminado su bebida se dirigió de vuelta a su oficina a seguir digitando.

A la hora de almuerzo la joven mujer ya no tenía más trabajo que digitar, pese a que había adelantado el trabajo de quince días hasta ese minuto. Luego de ir a almorzar en un entorno que definitivamente se movía demasiado lento para ella, la joven volvió a su oficina, la que aún se encontraba vacía pues todo el mundo andaba aún almorzando; al encontrarse sin tener qué hacer, la joven mujer decidió tomar el trabajo de sus compañeros y empezar a digitarlo, para no encontrarse desocupada a tan temprana hora. La joven mujer parecía digitar cada vez más y más rápido, moviéndose entre los escritorios a una velocidad casi inconmensurable para un ser humano, terminando con el trabajo de todos quienes se desempeñaban en el lugar.

Los trabajadores volvieron a sus oficinas luego de terminar la hora de colación, en donde el comentario obligado era lo extraña que andaba la joven mujer, quien se movía cada vez más rápido esa mañana, que no había demorado más de un minuto en prepararse un café y beberlo, dejando a todos atónitos. Mayor fue la sorpresa de todos al encontrar en sus escritorios todo el trabajo del día terminado y ordenado. Al ir a ver el puesto de trabajo de la joven mujer, sólo encontraron un montículo de polvo movido por el aire acondicionado.