Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, octubre 04, 2017

Pesadilla


La joven mujer no podía despertar. Pese a haber escuchado el despertador hacía largos cinco minutos, sus ojos no lograban abrirse, y su cuerpo no respondía a sus órdenes de destaparse y ponerse de pie. Esa mañana la joven mujer no lograba recordar el sueño de esa noche, y sólo tenía en mente el sonido del despertador que ya había parado de sonar; pasados algunos segundos logró enfocar su mente, y lentamente empezaron a hacerse presentes algunas ideas de lo que había soñado, y también el por qué su mente había intentado bloquearlo.

La joven mujer se vio en un lugar desconocido, como una planicie; estaba vestida con ropa deportiva, y el lugar estaba repleto de gente. De hecho era tanta la gente que había en el lugar, que entre todos la apretaban y no la dejaban respirar. La joven mujer desesperada intentó gritar, sin que su voz lograra hacerse escuchar, lo cual la desesperaba cada vez más. A cada segundo que pasaba la aplastaban más y más, llegando un instante en que la sensación de muerte se le hizo inminente. En ese instante una poderosa luz invadió el lugar, y la presión en su cuerpo desapareció de una vez, siendo reemplazada por un tierno abrazo de alguien que la tomaba por la espalda y la contenía acogedoramente.

La joven mujer sentía una paz indescriptible. Quien fuera quien la abrazaba por la espalda tenía una energía capaz de tranquilizarla y hacerla olvidar todo y a todos en el mundo real, llevándola a un estado de plenitud que nunca había logrado tener conscientemente en su existencia, y que ahora no se sentía capaz de abandonar al despertar y volver a la realidad. La joven mujer estaba con los ojos cerrados, simplemente sintiendo en su cuerpo la sensación de completa paz que le hacían sentir en ese momento. De pronto la mujer abrió sus ojos y pudo ver los brazos que la contenían, ahogando en ese instante un grito en su garganta.

La joven mujer veía los brazos que la abrazaban: eran gruesos, peludos, casi deformes; instintivamente giró su cabeza y vio un rostro amorfo, sin facciones, de mirada perdida que simplemente la abrazaba por la espalda. Cuando la joven intentó liberarse del abrazo, el ser que la contenía se dejó caer de espaldas y contuvo el cuello de la joven, quien lentamente empezó a perder la conciencia. En ese estado se encontraba cuando el despertador empezó a sonar, inmovilizada en el suelo contenida por un extraño ser que ya no le causaba paz sino temor. De pronto y pasados los segundos el ser empezó a perder sus fuerzas liberando a la joven, quien en ese momento se pudo incorporar y levantarse de su cama. La joven traspiraba copiosamente recordando el extraño sueño que había tenido; en ese instante su vista se clavó en sus sábanas, notando en ella gruesos vellos de hombre por doquier.