Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, octubre 02, 2019

Soldado

El sucio soldado estaba oculto entre los matorrales. Una gruesa capa de barro lo cubría, ayudándolo a pasar inadvertido para las tropas rivales que se encontraban a no más de quince metros de su posición. El hombre respiraba en silencio y trataba de no moverse para que no lo vieran. Su arma también estaba cubierta de barro, así que no sería fácil para nadie notar su posición, si es que hacía las cosas bien. Inclusive el hombre mantenía sus ojos cerrados, pues ello parecía aumentar su sensación de invisibilidad. De pronto lo peor que podía pasarle en ese momento sucedió: una insoportable picazón invadió su nariz y un sonoro estornudo hizo que todas las miradas convergieran a su posición.

El soldado estaba desesperado, se encontraba rodeado por al menos veinte soldados rivales que miraban hacia él apuntando sus armas. El hombre dejó su fusil en el suelo y se puso de pie, sin embargo sus rivales seguían mirando a su posición original en el suelo, sin ser capaces de notar que se había puesto de pie. El soldado se desplazó un par de metros a su derecha, mientras sus rivales seguían mirando a su posición original; de pronto el soldado se paró delante de uno de ellos y notó que su vista seguía enfocada en el punto original.

El soldado no podía creer lo que estaba pasando, tal vez era el barro, pero algo lo hacía invisible a sus rivales. El soldado empezó a pasearse delante de cada rival haciendo señas sin que nadie fuera capaz de verlo; mientras tanto la compañía enemiga miraba a todos lados tratando de encontrar el origen del estornudo que todos escucharon. El soldado no cabía en sí de felicidad, ese extraño hecho había salvado su vida y le permitía seguir a salvo en medio de sus rivales.

El soldado se cansó de hacer morisquetas a sus rivales. En ese instante pensó en que ya había tentado demasiado a su suerte, y que había llegado la hora de huir y encontrarse con sus compañeros para contarles lo que le había pasado, si es que eran capaces de verlo, cosa que aún no tenía clara. El hombre se agachó, recogió su fusil y enfiló sus pasos hacia donde se encontraba su gente. De pronto se escuchó un disparo, y el soldado cayó al suelo atravesado por una bala a la altura de su tórax, que le terminó costando la vida algunos segundos después. La compañía enemiga mientras tanto miraba al oficial a cargo, que había disparado veinte centímetros por arriba del fusil que levitaba en el aire y que producto del disparo, cayó al barro para siempre.

1 Comments:

Blogger sergiomunozsasso said...

Hummm.. relato surrealista. Recordé algunos sueños extraños que dan para un cuento o un corto cinematográfico.
Por otro lado, cabe preguntarse..¿murió al estornudar?, ¿qué fué lo que lo hizo estornudar?, ¿puede morir alguien por un estornudo?

9:37 p.m.  

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