Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, enero 15, 2023

Mensaje

 El hombre escuchaba viejas canciones en el reproductor de música de su computador. Hacía años ya que había dejado de lado los tornamesas y los reproductores de cedes, más que nada por un asunto de comodidad: en el computador bastaba con escribir el nombre de la canción, y el sistema de inmediato le daba más de diez mil alternativas. El hombre tenía claro que la calidad del sonido era mucho peor en el sistema digital, pero sus oídos ya no eran capaces de discriminar detalles finos del audio, por lo que el sistema que usaba era suficiente para él.

Esa tarde el hombre estaba escuchando temas de jazz y swing, que le traían recuerdos de etapas importantes en su vida. De pronto se dio cuenta que la calidad del sonido había bajado demasiado, pues estaba seguro de estar escuchando una suerte de interferencia en la canción que sonaba en ese momento. De todos modos el hombre prefirió esperar a que empezara el tema siguiente, pues podía ser que sólo ese archivo estuviera corrupto. Al empezar la siguiente canción la interferencia seguía cada vez más fuerte, y a cada minuto el sonido parecía transformarse en un mensaje que se hacía más nítido: “ve tu muerte”.

El hombre se puso de pie y empezó a caminar, pues creía estar quedándose dormido, y que estaba soñando y confundiendo realidad con fantasía. Luego de lavarse la cara el hombre volvió a su habitación y encendió nuevamente el reproductor de audio: en él ya no se escuchaba nada de la canción, sino simplemente el mensaje, ahora totalmente nítido: ve tu muerte. El hombre se asustó sobremanera, cerró el reproductor que estaba usando y abrió otro, eligiendo una canción al azar: en cuanto pulsó el botón de reproducción, empezó a sonar el mismo mensaje. Luego de probar cuatro o cinco reproductores apagó el computador, y abrió el navegador de su teléfono. En cuanto se conectó al reproductor de audio del celular y abrió su canción favorita, empezó a sonar el mismo mensaje: “ve tu muerte”. El hombre desesperado salió huyendo despavorido de su departamento.

El fantasma que habitaba el departamento del hombre estaba acongojado. Luego de años de intentar comunicarse con el ahora dueño de lo que había sido su propiedad en vida cerca de veinte años atrás, había echado todo a perder. El fantasma acumuló energía por años para lograr enviarle un mensaje al nuevo propietario, pero había equivocado el uso de dicha energía y el mensaje que se escuchaba no tenía nada que ver con el que él había deseado enviarle. El fantasma entendía que con lo que escuchó el hombre se alejaría probablemente para siempre del departamento, pero ello nunca había sido su intención. Ahora debería empezar a juntar energía nuevamente para que en una nueva ocasión sí se escuchara lo que realmente deseaba comunicar: “buena suerte”.