Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

domingo, enero 01, 2023

Música

 La muchacha caminaba por la calle con sus audífonos con cancelación de ruidos externos conectados a su teléfono, el cual utilizaba principalmente como reproductor de música. Desde hacía varias semanas ya se estaba dedicando a escuchar música popular de los años ochenta, que le había escuchado a su abuela en una visita a su casa. Sus compañeros en el colegio la molestaban por su gusto musical, pero a la muchacha no le importaba en la medida de sentirse cómoda ella con lo que escuchaba, Poco a poco la adolescente empezaba a aprender el nombre de las canciones y de las bandas, y ya podía tararear algunos estribillos sin pensar.

Esa tarde a la salida del colegio la muchacha caminaba hacia su casa escuchando a un tal Juan Bau que cantaba algo que sonaba como estrella de David. La canción romántica le parecía interesante, aunque no entendía mucho la relación con Israel. Mientras caminaba la joven veía a la gente detenerse en la calle y ponerse a conversar espontáneamente, lo cual le extrañaba más que la canción.

Ahora en el reproductor sonaban un tal Al Bano y Romina Power, cantando ella con poca voz una canción sin sentido alguno, coronada por el vozarrón de él; a poco andar cambió de tema para empezar a escuchar a un grupo llamado Mocedades que estaba repleto de voces espectaculares, armonías geniales y letras bien estructuradas. A su alrededor la gente caminaba con cara de miedo: la muchacha miró a todos lados, por si había algún asalto cerca o algo parecido, pero nada de ello parecía estar pasando.

De pronto en el reproductor empezó a sonar un tal Raphael, que tenía una voz enorme que sabía explotar, con letras románticas que llegaban a sonar empalagosas: si no fuera por la calidad de la voz, la muchacha hubiera cambiado de canciones rápidamente. En ese momento la muchacha vio cómo la gente que caminaba en ese instante por la calle empezaba a correr despavorida para todos lados, y cómo los conductores de los vehículos que circulaban por la calle los detenían y se bajaban espontáneamente. Algo raro estaba pasando, y la adolescente aún no lograba saber qué era.

La muchacha intentaba caminar entre la gente que corría para todos lados; en ese instante decidió sacarse los audífonos para saber qué pasaba. En vano intentó preguntar, pues nadie se detenía ni la tomaba en cuenta. De pronto una vibración se empezó a sentir por todos lados, y la temperatura del aire empezó a aumentar bruscamente. La muchacha alcanzó a levantar su cabeza para alcanzar a ver el enorme meteorito que avanzaba raudo desde el cielo hacia la superficie del planeta. Al momento del impacto, en su reproductor un tal Nino Bravo empezaba a cantar Libre.