Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, septiembre 21, 2024

Uniformes

Esa mañana los escolares decidieron en conjunto y sin ponerse de acuerdo ir al colegio sin uniforme. Los muchachos sintieron una extraña necesidad de ser vistos como individuos y no como conjunto, querían mostrar su realidad más íntima, aquella oculta por la costumbre de vestir todos iguales para eliminar las diferencias. Querían mostrarse al mundo como eran, y no como esperaban que fueran.

Esa mañana los policías se dirigieron a sus cuarteles sin uniforme, con ropas de civil más sus armas, implementos e identificaciones. Los funcionarios policiales decidieron esa mañana que ya era hora que la gente entendiera que ellos eran parte de la sociedad, que no eran distintos por el trabajo que desempeñaban, y que eran tan humanos como cualquiera. Al llegar a sus comisarías se encontraron con que los oficiales habían hecho lo mismo, sin ponerse de acuerdo de modo alguno.

Esa mañana los bomberos llegaron a sus cuarteles como siempre con ropa de calle pero no se colocaron sus uniformes. Sin ponerse de acuerdo decidieron que debían mostrarse a la gente como los humanos que eran y no como seres anti llamas capaces de enfrentarse a cualquier riesgo sin medir consecuencias. Decidieron que era hora de sacarse esa suerte de aura que la gente creía que tenían, y que podían sufrir como cualquier otro en la realidad.

Esa mañana obreros y empleados de diversas compañías decidieron ir a sus trabajos sin sus uniformes. Ellos estaban seguros que la sociedad los veía como una masa que hacía las mismas cosas al mismo tiempo y muchas veces olvidaban a los individuos detrás de las vestimentas. Ese día era el mejor día para enseñarle al mundo que ellos no eran meros empleados de alguna empresa sino personas con familias, con vidas, con ambiciones, con penas y con alegrías dentro y fuera del horario laboral.

Esa mañana la gente salió un poco más feliz y un poco más ilusionada a sus trabajos y estudios. Esa mañana pudo empezar a cambiar la mentalidad de la gente. Esa mañana el mundo pudo haber cambiado, pero nadie se dio cuenta de ello pues todos se preocuparon por su cambio y no por el de los demás. Esa tarde la sociedad siguió siendo igual que la tarde anterior.