Llegó la hora, me vienen a buscar. Terminé de comer todo lo que se me antojó, y más: cuando me vaya me recordarán hasta por mi olor.
He dormido bastante, y estoy más tranquilo de lo que creía. Hace media hora eché al payaso vestido de sacerdote, que venía a rezar conmigo, confesarme y no sé qué otra idiotez más...algo dijo de perdón ¿de qué perdón habla?, ¿acaso cree que un par de rezos y una imposición de manos me librará de la culpa de todos esos desgraciados que maté, violé o destrocé?, ¿acaso los que sobrevivieron podrán olvidar lo que vieron que le sucedió a sus familiares y amigos, y podrán tener una vida decente?, ¿o ellos tal vez me perdonarían por convertirlos en muertos en vida?, ¿y los que cayeron en mis manos también me perdonarían?. Ni yo sería capaz de perdonarme... pero en realidad no me interesa, no necesito perdón, mío, del mundo, de nadie. Hice lo que hice, satisfice mis necesidades e instintos, y si no hubiese sido por el maldito hijo de perra que encontró mi olor (un perro labrador), ya llevaría el triple de "ajusticiados". Ahora sólo queda enfrentar la inyección letal y acabar con esto.
Ni siquiera me interesa el perdón legal, prefiero morir y podrirme antes que estar toda una vida con esa manga de perdedores que me rodeó en la cárcel. Si hasta 2 o 3 intentaron violarme... ¡ja!, fue tan divertido ver sus rostros de dolor y estupor cuando puse frente a sus ojos sus miembros sanguinolentos... aunque lo más dulce fue metérselos en la boca, para que no se escucharan sus gritos y así verlos desangrarse...
Estos idiotas de los guardias vienen con cara de compungidos: ¿por qué, si es a mi a quien van a matar, y no tendrán que seguir tolerándome?
Me colocan grillos y correas, como si pudiera o quisiera escapar. Pero bueno, es parte del show ver a la bestia pasar frente a sus ojos encadenada. Aún así me miran con temor.
Mientras me acuestan en la camilla, amarran y pinchan, alcanzo a ver las caras tras el vidrio de los familiares. Unos lloran, otros odian, los más sólo están, sus ojos se ven vacíos, sin alma. No sabía que mi cuchillo también llegara al alma.
Extrañamente falta uno, el padre de mi mejor creación: cómo rogaba primero que no matara a su hija, y luego, para que lo hiciera rápido; fue realmente mi obra maestra. Fue el único que me juró venganza, y no apareció.
Bien, estoy listo, sin palabras ni perdones, empecemos. Le toca entrar a la sala al... hey, el que manejan la maquinita... así que cumpliste tu palabra, viniste a vengarte. Veo activarse la primera jeringa, la que me debe dormir y no me duerme... bueno, me verás asfixiarme idiota, pero igual gocé con tu dolor...
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