“Fin”
Luego de 4 meses de escribir día y noche había terminado su novela. Aquel escrito que le había llevado a alejarse de su familia, amigos y trabajo, estaba por fin terminado. Había llegado el tiempo de descansar y planificar el futuro. Por fin podría dormir tranquilamente en su cama y no en la silla del computador. Su cama estaba fría como siempre, desde que su esposa lo había dejado, llevándose con ella la mayoría de las cosas y a sus hijas: una novela no publicada no paga cuentas ni alimenta. Pensaba en la sorpresa que se llevarían sus ex-compañeros de trabajo y su ex-jefe cuando lo vieran en las páginas de arte de los diarios; él, el flojo soñador e irresponsable, autor de un best seller… tal vez más de algún amigo le volvería a dirigir la palabra luego de no volver a acompañarlos a los partidos de fútbol del fin de semana, o a conversar unas cervezas algunas tardes de verano… tal vez le volverían a ofrecer su trabajo… tal vez, y sólo tal vez, volvería a tener familia…
Esa noche dormía plácidamente, mientras en sueños distribuía sus ganancias. De pronto su perro (el único ser vivo fiel que le quedaba, y que ni siquiera tenía nombre) lo despierta ladrando furiosamente hacia el escritorio donde estaba su viejo computador, que más que computador parecía máquina de escribir con pantalla. Con horror observa cómo un joven está llevándose su futuro contenido en esa caja de metal de su escritorio. Sin pensarlo dos veces, se abalanza sobre él sin medir consecuencias… un instante después yace en el suelo, con una mancha roja en su pecho producto de la falta de droga en la sangre del ladrón, con un dolor indescriptible… pero no era el dolor del puñal, sino de la impotencia y la rabia que lo invadía. Todo el sacrificio de su vida se iba por la ventana, para ser vendido por un par de monedas para satisfacer la privación del veneno que un joven se inyectaba día tras día. Por el agujero del puñal se escapaba su sangre, y su vida; pero eso ya no importaba, pues había partido antes por la ventana…
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
- ¿Qué porquerías trajiste? Porque plata hace tiempo que no veo.- Mira compadrito, hoy traje algo bueno, a lo menos pa’ unas diez dosis: un computador - ¿Y a esa hueá le decís computador? Con cuea servirá de macetero.- Pero préndelo primero, si al compadre que se lo pelé me lo tuve que echar pa’ que lo soltara…- Ojalá traiga algún juego bueno, o minas en pelota que sea…. oye, ¿me las estai viendo? Esta cagá no prende.- No me estís….- Mira lo que te pelaste ahueonao, es un gabinte vacío.- ¿…y pa eso me dio pelea el…?- Ya hueón, ahí tenís una dosis, y no me hinchís más. A ver si me puedo cagar a alguien con esto….
Si alguno de los lectores extranjeros no comprende el dialecto de la segunda parte, pregunte las palabras que necesite aclarar.
Saludos sangrientos...