-Hola Alberto, ¿cómo estás?
-Hola doctora, bien... bueno, es un decir.
-Cuéntame entonces.
-Sigo igual doctora, sigo sintiéndome fuera de lugar en todos lados, no siento que pertenezca a algún lugar en especial.
-¿Y qué has intentado hacer al respecto? Alberto... ¡Alberto!
-Disculpe doctora... no sé, es que de verdad no encuentro ninguna solución. Las pastillas que me dio el psiquiatra no me hacen efecto, y en el único lugar en que me siento más a gusto, en que creo pertenecer a algo es acá, en la psicoterapia.
-Pero entiendes que la vida no es en la consulta sino allá afuera.
-Claro doctora, lo tengo claro.
-¿Y te estás tomando bien los medicamentos, con horario? Alberto... ¡Alberto!
-Perdón... sí, soy bien ordenado con los de la mañana y los de la noche, hace tres meses que tomo los nuevos remedios pero así y todo no noto cambios.
-¿Y ya te decidiste a dejarme probar con hipnosis?
-Sí doctora, ya estoy desesperado. Si es la única manera de encontrar la causa de mi falta de pertenencia, lo intentaré.
-Bien Alberto, entonces en la siguiente sesión... Alberto, ¡ya pues Alberto!
-Perdone doctora, es que...
-Es que nada, ¿cómo diablos quieres pertenecer a algún lugar si a cada rato haces estos saltos interdimensionales?