Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, mayo 09, 2012

Proyecto


El ingeniero trabajaba en su último proyecto. Sabía que si lograba llevarlo a cabo y convencer al Ministerio del Vapor y Energía de su utilidad, tendría su futuro asegurado con apenas cuarenta y cinco años. El joven profesional se había destacado desde sus inicios en la Universidad como un alumno creativo, capaz de encontrar soluciones donde el resto veía problemas, apenas superando los veinte años. Fue el primero que se atrevió a romper la barrera del sonido en dirigible, modificando la estructura externa del globo y potenciando las válvulas de presión de los motores a vapor, convirtiéndolas en los prototipos de las turbinas de vapor, tan en boga en la década de los cincuenta. Luego de recibido, creó un artilugio capaz de fijarse a las estructuras metálicas de los edificios en construcción para inyectar el concreto manejada a distancia, para no poner en riesgo la vida de los obreros y dejarles a ellos sólo el trabajo de obra fina: gracias a ese avance, la calidad de vida de los obreros cambió radicalmente, al empezar a ser considerados como artistas de terminaciones. Más tarde diseñó parachoques neumáticos que amortiguaban los impactos de los camiones a chorro de las carreteras, máquinas difíciles de controlar por las altísimas velocidades que desarrollaban; su artilugio disminuyó la mortalidad de animales, y la tasa de pérdidas de provisiones por las explosiones de las calderas de los transportes. Entre una y otra gran creación, también había tiempo para diseñar artefactos para el hogar y el ocio, que eran los que finalmente reportaban más dinero por lo masivo de su venta, pero eran las grandes creaciones las que llenaban su alma.

El ingeniero llevaba seis meses encerrado en su taller trabajando día y noche. Su vista había empeorado ostensiblemente durante ese tiempo, ya que debía trabajar permanentemente con grandes lupas, por lo pequeño de las piezas con las que estaba armando su proyecto. El sistema de válvulas era demasiado simple, el sistema de funcionamiento era casi un juego de niños, el motor a vapor era básico, pero había tres problemas que faltaban por solucionar: la miniaturización del artefacto para poder ponerlo en uso, la ubicación del motor y de la reserva de energía, y la descarga del vapor sobrante. Ya había logrado que su equipo copiara todas las piezas que él diseñó en grande, así que estaba abocado a armarlo de tal modo que quedara funcional. La ubicación del motor era algo más complejo, pues por problemas de espacio debería estar a distancia, probablemente a unos veinte o veinticinco centímetros del artefacto, que para el tamaño del mismo era una distancia enorme. El problema del vapor era casi insoluble, no había modo de poner los tubos de escape de modo que no complicaran el funcionamiento del sistema... al parecer la única alternativa era hacerlo y probarlo directamente, y luego con resultados en mano convencer al resto de su utilidad. Dos meses después logró terminar el armado y los ensayos experimentales, así que había llegado el momento de probarlo in situ.

El ingeniero estaba despertando de la anestesia, prueba irrefutable del éxito de su proyecto. Luego del infarto sufrido un año antes, había quedado muy limitado en cuanto a lo que podía hacer, así que se había decidido a crear su obra maestra: un corazón mecánico a vapor. Las válvulas metálicas sonaban prístinas en su pecho con cada bombeo del motor instalado bajo el diafragma, y por detrás del colon ascendente. Ahora sólo tenía un par de preocupaciones en su vida: una era año tras año recargar el recipiente de energía del motor por medio de una pequeña cirugía; el otro era acostumbrarse a ver salir vapor por los dos tubos que salían de su piel por su flanco izquierdo luego de modificar todo su guardarropa, y no ofuscarse cada vez que alguien lo llamara “hombre a vapor”.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Bakán convertirse en un hombre a vapor jajaj.
Steampunk puro.
Becho

12:45 a.m.  

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