Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, junio 20, 2012

Nube de acero


Una nube de acero flotaba por encima de la ciudad voladora de los ancianos. En aquel planeta la gravedad era un bien escaso y el peso una realidad puesta en duda a cada instante. El acero parecía ser más liviano que el aire, y la vida más pesada que el acero; ello explicaba la existencia de la ciudad voladora. La ciudad de los ancianos estaba compuesta de cinco niveles, separados una de otra por mil metros, estando la más baja a dos mil metros sobre la superficie. Cuando los habitantes nacían, su mayor densidad les permitía pesar más y por ende vivir en la superficie. Pero al cumplir mil años la naturaleza obraba en ellos el primer cambio: el peso bajaba a la mitad, con lo cual la gravedad no tenía la fuerza suficiente para mantenerlos anclados a la tierra y los hacía salir volando al primer nivel de la ciudad de los ancianos. Del primero al segundo pasaban en quinientos años, del segundo al tercero en doscientos cincuenta, del tercero al cuarto en ciento veinticinco, y del cuarto al quinto en sesenta y dos años y seis meses. Cuando cada anciano cumplía los mil novecientos treinta y siete años y seis meses ascendía al quinto nivel, del cual no había referencia alguna; por ello es que al terminar el período en el cuarto nivel la ceremonia que se hacía era una mezcla entre alegría, pena e incertidumbre, lo que se acrecentaba al ver partir flotando el cuerpo vivo hacia lo desconocido.

La nube de acero seguía fija sobre la ciudad de los ancianos. Gracias a los catalejos era posible ver la parte inferior del quinto nivel, sobre el cual estaba la nube que pese a su composición dejaba ver el paso de la luz de Señera, la estrella que daba vida al sistema solar; sin embargo, la nube de acero impedía a los habitantes ver más allá de su estratósfera, así que no sabían nada de su entorno estelar: desconocían la existencia de otros planetas, si es que alguno estaba habitado, sospechaban que tenían alguna luna por las mareas, pero no había certeza de nada.

Esa mañana siete ancianos cumplían los mil novecientos treinta y siete años y seis meses. La ceremonia de despedida no podía durar mucho, pues en cuanto llegaba el mediodía perdían peso y salían volando hacia el incierto quinto nivel; además, otros diez cumplían la edad en la tarde, y había que preparar su despedida para la medianoche. Una vez acabada la pequeña fiesta todos los asistentes esperaron el momento crucial: en cuanto el reloj marcó las doce los siete ancianos perdieron el peso necesario para empezar su vuelo hacia el quinto nivel. Cuando llegaron a la ciudad ésta estaba desocupada: de improviso sus ropas se desvanecieron, de la nada les implantaron sendos cordones umbilicales y fueron enviados a vivir los cuatro meses faltantes a los fetos que los esperaban.

6 Comments:

Blogger Don Paulo said...

: O

Está extraño. No entendí muchos los niveles, soy malo para las abstracción.

Saludos

8:26 p.m.  
Blogger Unknown said...

Freak... eso no más te digo :O

12:38 a.m.  
Blogger Belen Snow said...

Me encanto

2:14 p.m.  
Blogger Belen Snow said...

Me encanto

2:14 p.m.  
Blogger Belen Snow said...

Me encanto

2:15 p.m.  
Blogger Belen Snow said...

Me encanto

2:15 p.m.  

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