—Oye Carlos, ¿viste las noticias anoche?
—No mi amor, llegué demasiado cansado para ver
calamidades. En cuanto te dejé en tu departamento me fui a mi casa a dormir.
¿Por qué preguntabas?
—Es que parece que anda una psicópata suelta.
—¿Una psicópata? Qué raro, con lo machistas que
somos me extraña que no hayan hablado de un psicópata.
—Sí. El caso es escabroso, han desaparecido como
diez lolas de 15 a 20 años, y luego han aparecido sus cadáveres despellejados.
—¿Despellejados? ¿Y de verdad los policías,
fiscales y periodistas piensan que una mujer anda raptando y despellejando
mujeres?
—Sí, es que no te he contado lo peor.
—¿Qué, hay algo peor que eso?
—Sí. En las noticias un fiscal contaba que en uno
de los sitios encontraron junto al cadáver sin piel una especie de trozo de
tejido de muy buena manufactura.
—¿Y?
—Cuando lo analizaron se querían morir:
descubrieron que el tejido estaba hecho con la piel de una las víctimas, que la
psicópata había cortado la piel en hilos para hacer una especie de ovillo de
lana y tejer… lo que sea.
—A ver, déjame entender, ¿acaso todos creen que el
asesino es una mujer porque sabe tejer?
—Al parecer sí.
—Entonces retiro lo dicho: se pasaron para
machistas.
—¿Tú crees que pueda ser un hombre?
—Es más fácil que un hombre teja, a que una mujer
secuestre, mate y despelleje a diez congéneres.
—Es verdad Carlos, tienes razón.
—Por eso es que yo no veo televisión Marta, me
aburre ver lo mismo de siempre, y que pese al paso de los años siguen con esa
maldita mentalidad retrógrada.
—Sí, ya me lo has dicho varias veces, y te
comprendo. Pero a mi igual me gusta ver tele, me ayuda a matar el tiempo.
—A todo esto amor, ¿qué pasó con el chaleco que me
estás tejiendo?
—Ya está casi listo Carlos, yo creo que antes del
fin de semana consigo el hilo que me falta…