Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, diciembre 04, 2013

Muñeca



La pequeña niña avanzaba con miedo en medio de la ciudad en ruinas. Abrazada a la vieja muñeca de trapo que le regalara su padre al cumplir tres años, y que se había convertido desde ese entonces en su compañera inseparable hasta ese momento, en que se empinaba apenas sobre el lustro de vida, la diminuta figura de la pequeña parecía un oasis de inocencia en medio del espantoso entorno de crimen, muerte, decadencia y soledad.  Así, la pareja niña y muñeca era un algo equivocado para esa realidad.

La niña había perdido hacía ya varios días a sus padres, en el principio de todo ese fin de la sociedad humana moderna; ahora la humanidad estaba dividida entre quienes avanzaban en hordas descontroladas tratando de matar y destruir todo lo que estaba a su alcance, y quienes huían despavoridos para no ser alcanzados, y terminar convertidos en las víctimas naturales de los primeros. La niña recordaba que la nana de la casa la lanzó por la ventana, al parecer para que no viera morir a sus padres, sacrificándose para darle la oportunidad a la pequeña de tener un mañana. Luego de cerca de una semana deambulando, la niña y su muñeca intentaban encontrar el camino a casa.

La niña miraba todo a su alrededor, tratando de recordar la fachada de su casa, que cada vez se convertía más en un sueño que en un pasado cercano: ahora todas las rejas, todas las murallas y todos los árboles parecían iguales ante sus inocentes ojos. La pequeña se ilusionaba cada vez que veía algún parque que estuviera medianamente indemne, pues sabía que su casa quedaba cerca de uno de esos parques; lamentablemente ninguno era el suyo, y cada vez que se internaba en el césped terminaba encontrando algún cadáver desangrado, incompleto, o en vías de putrefacción. Lo peor de todo era que le estaba empezando a dar hambre, predicamento por el que no pasaba su muñeca.

La pequeña avanzaba con miedo en medio de la ciudad en ruinas. Sus fuerzas empezaban a menguar, así que ahora su muñeca ya no iba en sus brazos, sino tras ella colgando de una mano; sin saberlo, la niña ayudaba a perpetuar la debacle generada por la liberación del virus que infectaba el cerebro de las personas y las convertía en bestias antropófagas, y que su padre había impregnado en su muñeca de trapo, en venganza por las infidelidades recurrentes de su esposa. Luego de aspirarlo, la pequeña mató y comió algunas partes de su madre, y fue lanzada a través del ventanal por la nana quien trataba de salvar su vida, para luego ser devorada por el padre de la niña. Ahora la pequeña intentaba volver al hogar para comer los restos que había dejado, y no tener que volver a matar para seguir viviendo.

2 Comments:

Blogger Cardito said...

Buenísimo Doc! Me sorprendió el final. =)

9:00 p.m.  
Blogger LA LOCA DE LA CASA said...

Leo y sólo preguntas. Apocalipsis? salvas a una NIÑA, una nana (burguesía), una muñeca inerte que se arrastra? canibalismo???, no sé conceptos que por ahora no logro unir. Raya para la suma, esta vez te dejo el punto.

11:30 p.m.  

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