Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, mayo 13, 2015

Modelo

Gruesas gotas rodaban presurosas por su rostro, cayendo al vacío luego de recorrer sus mejillas y su mentón. A esa hora no sabía si la lluvia o sus lágrimas eran el principal afluente de ese húmedo torrente, que en nada se lograba comparar con el descontrolado vendaval de ideas que se acumulaban en su cabeza. Cuando pasó una de sus manos por su rostro para secarlo, el líquido rojo que vio en ella le aclaró el origen de lo que estaba sintiendo.

La joven modelo había sido contratada para promocionar vehículos del año en una automotora de lujo, ubicada dentro de un centro comercial de varios niveles. La muchacha destacaba, además de su belleza, por su gran estatura, que se veía mayor aún gracias a los tacos de quince centímetros que iban incluidos en la tenida facilitada por la compañía. Su trabajo era pararse frente al vehículo sin cansarse, y cuando aparecieran las cámaras, sentarse al volante y mostrar el tablero y los interiores del mismo; pese a que lo suyo era la pasarela, no le incomodaba participar en esos eventos, más aún a sabiendas del sueldo que recibiría.

Faltando diez minutos para la presentación del vehículo, la modelo empezó a retocar su maquillaje y a reordenar su peinado. En cuanto vio que el espejo se movía con una suave pero persistente cadencia, se dio cuenta que estaba temblando, y prefirió salir de la sala de maquillaje por si el movimiento aumentaba mucho de intensidad. En la sala de exhibición se notaba el nerviosismo en unos cuantos, que se acercaron de inmediato a las escaleras para asegurarse una vía de escape, mientras otros seguían con sus actividades, ignorando el leve temblor.

Un par de minutos después el temblor seguía igual de leve que al principio, pero sin detenerse. De pronto un guardia se acercó nervioso al organizador del evento, y le comentó a viva voz que fuera del centro comercial no temblaba, por lo que había llamado a la policía y a sus jefes, quienes le ordenaron suspender la actividad y evacuar a todos los asistentes y público en general. De improviso las puertas de acceso al mal se cerraron brusca y automáticamente, aislando el lugar. En esos momentos el temblor aumentó su intensidad, provocando una estampida del público hacia las salidas, que sólo logró aplastar a los más veloces contra las infranqueables puertas, presionados por los más lentos que luchaban como todos desesperados por salir.

La joven modelo no entendía qué estaba sucediendo, y junto con sus compañeras intentaba mantenerse alejada de puertas y vidrios. De pronto el techo estalló en mil pedazos, provocando una lluvia de líquido refrigerante de los sistemas de aire acondicionado, agua de las cañerías, y miles de trozos de vidrio templado de distintas formas y tamaños, que empezaron a dar cuenta de algunos, y lesionar de diversa gravedad a otros.

La muchacha limpiaba la sangre de su frente, producto de las esquirlas que habían caído en su cuero cabelludo. Mientras ella miraba para todos lados sin saber qué hacer, una brusca explosión en el suelo, justo por debajo de donde se encontraban los modelos del vehículo que se presentarían en dicha ocasión, la lanzó a ella, los vehículos, y al resto de quienes se encontraban en el lugar, a metros de distancia, dejando a muchas gravemente heridas y al resto muertas. La joven pudo incorporarse mareada, con la visión borrosa y los oídos abombados. En el lugar en que estaba previamente, un ser enorme de forma aparentemente humanoide y con una presencia que espantaba per se, pulverizaba con su mente cada vehículo y a cada persona que llevara el nombre del modelo en sus vestimentas. Instintivamente la joven se desnudó, salvando su vida sin entender bien lo que estaba sucediendo; entre los escombros, el diseñador de la marca agonizaba, mientras recordaba a aquel amigo medio esotérico que le repitió una y mil veces que no había peor idea que utilizar el nombre del demonio B’aal para denominar una creatura mecánica.