Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, marzo 21, 2018

Fantasma

Dicen que los fantasmas son almas desencarnadas que quedan existiendo invisibles en nuestro plano de existencia. Otros dicen que es energía sobrante que queda en el cuerpo al momento de morir, y que ella es capaz de proyectar una imagen en nuestra realidad. Déjenme contarles mi experiencia al respecto, a ver si ello logra dar luces al respecto.

Tengo ochenta y ocho años. He dedicado mi vida a las artes y éstas, hasta ahora, me han dado lo suficiente para llevar una vida sin sobresaltos. Estos últimos treinta años mi existencia ha transcurrido entre las paredes de mi departamento, pues mi mente, más activa que en mi juventud y mi temprana adultez, se ha activado de modo tal que no me queda tiempo más que para crear y para vaciar en papel todo lo que fluye desde mi anciano cerebro. Hay una señora veinte años menor que yo que viene al departamento tres veces a la semana, a hacer el aseo, preparar comidas y hacer las compras, para que yo pueda dedicarme a lo mío exclusiva y excluyentemente. A mi edad ya no quedan amigos vivos, y los pocos que aún no han fallecido dedican su tiempo a sus familias y a aquellos que aún salen de sus hogares. Así, mi existencia  está reducida a crear, comer y cagar, en ese orden.

Hace dos semanas atrás, un viernes, la señora hizo costillar de cerdo con papas fritas. La comida estaba maravillosamente salada, y la disfruté como ninguna. A la hora de la cena, cuando esta señora ya se había ido, calenté la porción de la noche para volver a disfrutar de dicho manjar. Cuando estaba comiendo, parece que algo de aire tragué, pues se me puso en el pecho un extraño dolor que no parecía ceder con nada, hasta que me decidí a tomar un sorbo de vino, lo que calmó mi dolor.

Ese fin de semana estuvo todo tranquilo, seguí creando como si nada hasta que llegó el lunes por la mañana. Ese día la señora abrió la puerta con su llave, y un grito se escuchó desde mi dormitorio; corrí a verla y ahí me llevé la sorpresa de mi vida. En la mesa estaba un cuerpo igual al mío, con la piel azulosa, y al parecer sin signos vitales. La señora llamó a la policía y a la ambulancia, quienes llegaron a los pocos minutos a mover el cuerpo. Cuando decidieron trasladar el cadáver a donde pudieran determinar la causa de la muerte, una imagen brillante salió desde la cabeza; la imagen era igual a mi cuando joven, y luego de mirar un poco a su entorno, eligió un punto y se dirigió ahí sin intenciones de volver. Y ahora estoy aquí, dos semanas después, encerrado en lo que fuera mi departamento, lleno de ideas para crear, pero sin saber qué soy o cuál es mi destino, si es que tengo uno.