Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, agosto 29, 2018

Conductor

El conductor manejaba su camioneta por la carretera de madrugada. El hombre llevaba más de diez años trabajando de forma particular haciendo fletes entre distintas regiones, y dado su orden, responsabilidad y puntualidad nunca le había faltado trabajo. Esa madrugada transportaba materiales de construcción  para una pequeña obra privada que costaban bastante más baratos en la ciudad de origen del conductor; de hecho quien le hizo el encargo le pasó el dinero para que él hiciera las compras y las transportara. Si no había ningún incidente en la ruta el hombre estaría llegando con su carga cerca de las siete de la mañana a destino, lo que le daría tiempo suficiente para desayunar y ponerse algo más presentable para entregar el pedido.

El conductor venía manejando con la radio a todo volumen para ayudar a espantar el sueño; tenía esa costumbre hacía años, y como le seguía funcionando la seguía poniendo en práctica. De pronto un sonido extraño como de interferencia de ondas se dejó escuchar, cosa que no preocupó en nada al conductor, pues era habitual perder señal y recuperar otra distinta mientras viajaba por la carretera. Extrañamente vinieron siete períodos de interferencia seguidos, en los cuales se dejaban escuchar ruidos sin sentido, que el conductor no tomó en cuenta.

Pasada una curva cerrada la carretera se abrió a sus anchas en un extenso valle que dejaba llegar las señales de radio sin interrupción; justo en ese instante la radio sufrió una nueva interferencia de siete períodos, lo cual le causó extrañeza al conductor, quien sin embargo siguió manejando sin darle mayor importancia. De pronto los ciclos de interferencias de siete períodos se hicieron repetitivos, hasta casi interrumpir por completo cualquier canción que se pudiera escuchar. El conductor intentó poner atención y escuchar qué sonaba en la radio en cada período de interferencia, pero el sonido del motor y la baja frecuencia de lo que sonaba hacía imposible entender algo, por lo que el conductor simplemente siguió manejando.

Tres kilómetros más adelante el conductor se encontró con una nueva curva cerrada; justo al salir de dicha curva se encontró de lleno con un camión con acoplado con todas sus luces apagadas; pese a su esfuerzo fue imposible evitar el choque de su cabina con el acoplado del otro vehículo. Fue tal la fuerza del impacto que el conductor salió proyectado por el parabrisas muriendo en el acto. En ese instante y por última vez se repitió el ciclo de siete períodos de interferencia, que al escucharlos juntos decían claramente la palabra “cuidado”