Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, octubre 10, 2018

Criatura

El sol se dejaba ver tímidamente saliendo por sobre la cordillera. El día empezaba con la lentitud de siempre, haciendo que los seres de la noche empezaran a ocultarse como cada amanecer. Esa mañana sin embargo, una de las criaturas se quedó dormida, y despertó cuando el sol ya se dejaba ver en todo su esplendor por las calles de la ciudad. No había tiempo que perder, debía huir al inframundo lo antes posible para no ser vista por nadie que después pudiera reconocerla y hacerla perder sus capacidades, que despertaban al anochecer y desaparecían con la luz del sol.

La criatura huía rauda, camuflándose entre el mobiliario urbano que servía bien para dichos menesteres. Hasta ese momento nadie la había visto, por lo que podía seguir huyendo hasta encontrar alguna puerta al inframundo que siguiera abierta a esa hora de la mañana. Lentamente aumentaba el flujo de humanos, por lo que cada vez le quedaba menos tiempo para huir y desaparecer en las entrañas de la tierra. La criatura de pronto se vio de frente con un animal a quien logró esquivar, pero terminó chocando con la pierna de una cría de humano, que al sentir el golpe lanzó un grito, y al verla emitió un nuevo chillido, más potente y largo que el primero, haciendo que toda la gente notara su presencia e iniciara su persecución.

La criatura estaba empezando a desesperarse, cada vez era más la gente que la veía huir y que se unía a su persecución; en ese instante empezó a recordar a ver si sabía de alguna criatura que hubiera vivido lo mismo que ella, sin lograr acordarse de nada. En su huida vio de pronto una casa enorme en la que pensó que podría esconderse, o al menos despistar a sus perseguidores; en cuanto entró al lugar y se agazapó para saber a dónde escapar, vio que sus perseguidores se detenían ante la reja y retrocedían, al parecer temerosos.

La criatura estaba sorprendida, pero de inmediato se dispuso a buscar algún portal para volver a su hogar. En ese instante una mano se apoyó en su cabeza, haciéndola sentir cómoda y protegida. Al darse vuelta vio a una pequeña humana de cabellos blancos que la miraba con una suerte de ternura que la hizo sentirse acogida en ese lugar. La criatura sintió en ese momento que no era imperioso volver al inframundo, y que inclusive podría acostumbrarse a las suaves manos de la mujer. Así, y de la nada, la vieja bruja había conseguido un demonio para poder potenciar sus conjuros y lograr sus objetivos.