Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

miércoles, junio 03, 2020

Médico

El médico esperaba la llegada de sus pacientes de esa mañana en su oficina. El profesional llevaba más de veinte años ejerciendo, por lo que te nía una amplia cantidad de pacientes que consultaban con él, tanto por su calidad profesional y humana como por costumbre y precios asequibles. A esa hora generalmente el médico ya había atendido tres o cuatro personas; sin embargo esa mañana nadie había llegado a su consulta. El hombre veía en la pantalla de su computador su agenda llena y hasta ese momento nadie había llegado a su hora.

El médico llevaba más de dos horas esperando la llegada de los pacientes de su agenda sin que nadie apareciera. El profesional estaba algo cansado por lo pesada de esa semana laboral, por lo que decidió dormitar un rato en su silla: el hombre conocía a su recepcionista, y sabía que la mujer era bastante ruidosa, por lo que sabría rápidamente cuando alguien llegara a atenderse por todo el alboroto que armaría la mujer. Sin darle más vueltas al asunto el hombre se acurrucó en su silla y a los pocos minutos cayó en un profundo y reponedor sueño, llegando inclusive hasta a soñar en el proceso.

El médico despertó algo sobresaltado. Luego de algunos segundos recordó que estaba en su oficina y no en su cama, y que sólo había dormido una breve siesta en espera de la llegada de sus pacientes. Al ver la hora el hombre descubrió que había dormido más de una hora, por lo que de inmediato se paró de la silla, se dirigió al lavamanos y se lavó la cara para limpiar los rastros de la siesta y la cara de sueño que aún lo acompañaba. El hombre miró la pantalla donde seguía estando su agenda llena, y seguía sin entender por qué esa mañana nadie había llegado a su consulta. Sin más que hacer el médico levantó el auricular de su intercomunicador para preguntarle a su secretaria qué había pasado.

El médico estaba algo confundido, pues luego de seis intentos nadie contestó su llamado. El hombre decidió romper su rutina y salir a la sala de espera para ver qué estaba pasando; en el lugar no había nadie, y su secretaria tampoco estaba. El hombre no estaba seguro si la mujer había llegado a trabajar o no esa mañana; al no ver a nadie, decidió salir por la puerta de acceso a la calle para ver cómo estaba el flujo de personas en la vía pública. Extrañamente nadie deambulaba a esa hora por la calle, que normalmente estaba muy concurrida. El médico entonces decidió caminar hacia la avenida principal para tratar de entender qué pasaba: al llegar al lugar tampoco había nadie en la calle. El hombre entonces siguió caminando para tratar de encontrar a alguien. Luego de dos horas de marcha entendió que la gente había desaparecido del barrio; el médico jamás lograría saber que casi la totalidad de la raza humana había sido secuestrada del planeta, y que unos pocos habían quedado en el lugar para intentar dar inicio a un nuevo futuro.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Me gusto. Quiero creer que así sera, da una esperanza a esta vida absurda.
Lo felicito.

2:35 a.m.  

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