Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

martes, julio 21, 2020

Viaje

La joven mujer estaba perpleja. Su rubia cabellera y sus ojos azules la hacían visible para todo el mundo, pero nadie parecía estar viéndola en ese momento. Su mente estaba algo confundida, pero sabía que en cualquier momento recuperaría su memoria y volvería a ser la mujer de siempre; en ese instante sólo quería saber dónde estaba, y qué se suponía que tenía que hacer.

La joven mujer intentaba hacer memoria, pero su mente no parecía estar de acuerdo con ese deseo. De pronto dentro de la nebulosa algunas imágenes empezaron a hacerse presentes. Frío y oscuridad. Una playa alejada en el sur de Chile. Hermanos. Un padre ausente. Una madre fuerte que guiaba sus pasos. Lejanía. Una tía que apareció de la nada y la llevó del lado de su madre para criarla. Un matrimonio. Violencia. Un hijo muerto, otro vivo. Alejamiento. Un destierro al norte sin su hijo vivo. Valparaíso. Trabajo en costuras. Santiago. Nueva pareja. Dureza, frialdad. Recuperación del hijo dejado en el sur. Otro hijo muerto, otro hijo vivo. Trabajo. Más trabajo. Crianza del hijo menor, incomprensión de la vida del hijo mayor. Nietos. Más crianza. Abandono. Vida de allegados. Cambio. Hijo profesional. Vida más tranquila. Crecimiento. Muerte del hijo mayor. Memoria perdida. Recuerdos de un pasado remoto. Amnesia del presente. Accidente vascular.

La joven mujer no entendía nada. Contaba con no más de quince o veinte años, y tenía recuerdos de como si tuviera ochenta o más. De pronto algunas imágenes llegaron a su mente. Estaba en cama, no comía, apenas tomaba algo de agua. El cuerpo le dolía, y se quejaba sin parar. Su hijo vivo la acompañaba junto a su pareja. Aparecen sus nietos. El cansancio y el dolor se hacían mayores. Su hijo la miraba desde la puerta, de pronto aparecía tocando con armónica una de sus canciones favoritas. Algo le dice y la besa en la frente. El cansancio y el dolor aumentan. Cada vez la cansa más respirar pero algo la mantiene atada a ese cuerpo. Reaparece su hijo. El hombre la mira y le dice “ya deja de sufrir, es hora de partir”. En ese instante el sufrimiento se detiene. La joven muchacha ve cómo el hombre besa en la frente el cuerpo de una anciana que ya no respiraba. Su corazón se recoje.

La joven mujer ya no estaba perpleja. Recíén acababa de fallecer con casi ochenta y siete años junto a su hijo de cuarenta y nueve, y ahora esperaba a saber qué venía para su alma. De pronto miró a través de la muralla: allá, a doscientos metros de donde estaba, una puerta luminosa se abría y la llamaba. Justo antes que una presencia tomara su mano y la llevara a la luz, besó con cariño por última vez la frente de su hijo, quien miraba su viejo cuerpo triste pero tranquilo.


7 Comments:

Blogger Jorge Hoffmann said...

Muy bonito Jorge, un gran abrazo.

2:12 p.m.  
Blogger Icy said...

Mi querido amigo, no sabes cómo me has emocionado. Te dejo un abrazo gigante y llenito de cariño.

1:32 a.m.  
Blogger Doc Raimus said...

...sintió la mano de su hijo que lo visitaba, acompañaba y regaloneaba casi a diario desde que yacía postrado hace mas de tres años. Fueron tiempos difíciles. La esperanza de encontrar a esa muerte esquiva que se negaba a llevarselo se había desvanecido hace ya mucho tiempo... no podía decirle a su hijo cuanto le amaba, pero tampoco era necesario porque ambos lo sabían. No me sueltes pensó... no quiero estar solo en este momento. -"Acá estoy, pero si tienes que partir ten por seguro que estaré bien, y la mamá también... anda viejito... dá el paso"-pensó el hijo...

Una profunda y última exhalación y luego el silencio...

Me hiciste recordar ese momento doc... hace ya dos años. Aún lo extraño... aún necesito de su abrazo, aún necesito de su consejo, aún necesito de su "todo va a estar bien"

Un gran abrazo.

2:01 p.m.  
Blogger Doc Raimus said...

...sintió la mano de su hijo que lo visitaba, acompañaba y regaloneaba casi a diario desde que yacía postrado hace mas de tres años. Fueron tiempos difíciles. La esperanza de encontrar a esa muerte esquiva que se negaba a llevarselo se había desvanecido hace ya mucho tiempo... no podía decirle a su hijo cuanto le amaba, pero tampoco era necesario porque ambos lo sabían. No me sueltes pensó... no quiero estar solo en este momento. -"Acá estoy, pero si tienes que partir ten por seguro que estaré bien, y la mamá también... anda viejito... dá el paso"-pensó el hijo...

Una profunda y última exhalación y luego el silencio...

Me hiciste recordar ese momento doc... hace ya dos años. Aún lo extraño... aún necesito de su abrazo, aún necesito de su consejo, aún necesito de su "todo va a estar bien"

Un gran abrazo.

2:02 p.m.  
Blogger Mario Carlos Gutiérrez Romero said...

Amigo mio, bendiciones, Dios en su infinita bondad, la arrebato del dolor, ya goza de su gloria, como la mía que hace 21 años padecía en una maquina que la inflaba repetidas veces, mi impresión fue tal que salí de esa sala a orar y entregarla para aliviar su padecer, la amo, la amo tanto o mas que ayer y aún escribo cuentos para ella.
Amigo mio, Dios te bendiga y acompañe siempre.

3:25 p.m.  
Blogger Unknown said...

Qué lindo Jorge. Recuerdo a tu mamá de la única vez que la vi, hace 3 años.
Un abrazo gatuno a la distancia.

6:31 p.m.  
Blogger sergiomunozsasso said...

Estimado Jorge: Bello relato, parte de una historia de vida, de sufrimiento, esfuerzo y éxito. Recuerdo a tu mamá en nuestra época de colegio, cuando "hacíamos música" o "algo así como música"...Lamento saber de su partida.

8:36 p.m.  

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