Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

viernes, enero 15, 2021

Peluquero

 El peluquero estaba desconcertado. La joven muchacha que estaba sentada en su silla le pedía que le cortara su cabellera y no le dejara más de cinco centímetros de largo de pelo. La cabellera de la muchacha medía más de un metro de largo, y la chica le pedía que lo cortara casi todo, como si con ese corte quisiera darse un nuevo inicio. El peluquero sabía que muchas jóvenes cortaban el pelo al terminar con sus parejas, pero el largo de dicha cabellera era demasiado como para cortarlo de buenas a primeras.

El peluquero le preguntaba una y otra vez a la muchacha si estaba segura de lo que estaba haciendo. Que era casi irreversible, que demoraría años en recuperar dicho largo. Que se veía hermosa con ese pelo, que no debía sacrificar su belleza por nadie. Pero la muchacha hacía oídos sordos a los argumentos del peluquero, respondiendo a cada uno de ellos con un “córtame el pelo de una vez”. El peluquero finalmente se dio por vencido, y le dijo a la muchacha que lo haría, pero que si ella le regalaba el pelo él no le cobraría nada, pues lo podría vender a buen precio a un fabricante de pelucas. La chica sonrió levemente, y aceptó la oferta.

El peluquero fue por su tijera más grande y afilada. Tomó un par de elásticos, los fijó a unos siete centímetros para tener margen para trabajar con lo que quedara en la cabeza de la joven, le preguntó por última vez, y al recibir un definitivo sí, colocó las hojas de la tijera en medio de los elásticos, y con un firme apretón de su mano cortó la larga melena. La muchacha miró satisfecha cómo perdía su cabellera, y sonreía al espejo esperando ver el trabajo del peluquero.

De pronto el peluquero vio cómo el suelo se iluminaba. De un instante a otro la cabellera se transformó en miles de mariposas que empezaron a revolotear por su peluquería, mientras el rostro de la muchacha se ensombrecía. En cuanto las miles de mariposas abandonaron el lugar, el peluquero vio con espanto cómo la cabellera de la joven brotaba rápidamente hasta alcanzar el largo original. El peluquero no entendía lo que pasaba. La muchacha se puso de pie, dejó sobre la mesa un billete, y salió de la peluquería. El peluquero alcanzó a notar eso sí, antes que el pelo volviera a crecer, que las orejas de la muchacha terminaban en punta hacia arriba, y que el maquillaje que llevaba ocultaba su verde piel a todo el mundo.