Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

viernes, febrero 19, 2021

Frio

 El hombre temblaba de frío. Esa mañana de primavera amaneció bastante nublada, y el hombre por apuro no alcanzó a ver el pronóstico del tiempo por lo que salió sólo con una polera delgada de manga corta. Al parecer y al menos por la mañana, pues al llegar a su lugar de trabajo si revisó el pronóstico para el día, pasaría algo de frío sin que ello le preocupara mayormente.

A mediodía el frío había aumentado, el día estaba más nublado, y parecía que las condiciones no mejorarían durante la jornada. El hombre llegó a pensar en la posibilidad de usar la hora de almuerzo para ir a alguna multitienda y comprar alguna prenda para pasar la emergencia, cosa que finalmente no hizo pues el tiempo y el dinero no le alcanzaban. Así, debería soportar las bajas temperaturas hasta llegar a su casa a la tarde.

A la hora de salida el frío arreciaba, la tarde estaba oscura y había empezado a nevar. El hombre no entendía el mal pronóstico que había visto por internet, pero simplemente se fue caminando y tiritando al paradero de buses para irse a su domicilio. Luego de diez minutos en el lugar pasó su bus y pudo hacer el camino de regreso a su hogar.

A la mañana siguiente el hombre pensó en llevar una chaqueta liviana para pasar el eventual frío matinal y no andar tan cargado de ropa a la tarde. Grande fue su sorpresa al ver que la entrada de su edificio tenía cerca de cincuenta centímetros de nieve, que el conserje del turno de la mañana no había llegado, y que el del turno de la noche no se podía ir. El hombre volvió a su departamento, se puso ropa de invierno y salió a esperar locomoción. Una hora después volvió a su departamento sin haber encontrado movilización, y casi congelado.

A la mañana siguiente el hombre llegó a la entrada de su edificio. La nieve llegaba a un metro de altura. El hombre decidió partir al supermercado, a ver si podía al menos comprar pan para algunos días. Al llegar encontró todo cerrado, y a un guardia en el suelo, congelado y sin signos vitales. El hombre llamó a la policía y a la ambulancia, sin encontrar respuesta. Como pudo volvió a su edificio, subió a su departamento y encendió el televisor. En un canal había un periodista transmitiendo desde su vivienda, contando que el mundo entero había entrado en una nueva era glacial, y que no había esperanzas de salvación para la raza humana. El hombre apagó el televisor, sacó una botella de ron, bebió un vaso y se sentó a esperar a que los servicios básicos dejaran de funcionar y la comida se le acabara. O que el frío lo matara, lo primero que sucediera.