Si entras a este blog es bajo tu absoluta responsabilidad. Nadie asegura que salgas vivo... o entero. Si imaginaste que aquellas pesadillas interminables que sufrí­as de niño cuando te daba fiebre eran horrorosas, prepárate para conocer una nueva dimensión de la palabra HORROR...

sábado, junio 12, 2021

Caída

 El hombre respiraba con dificultad luego de correr cinco kilómetros por la vía pública. Ya llevaba cerca de veinte años corriendo tres o cuatro veces a la semana, por lo que ese trayecto no le era ajeno. Cada vez que salía a trotar recorría las mismas calles a la misma velocidad de siempre, pues era una costumbre demasiado antigua para empezar a cambiarla de la nada. El trote le permitía mantenerse físicamente mejor de lo esperado para alguien de su edad, y su ánimo siempre era mejor que el del resto de sus amigos sedentarios. Pese a todo, su vida era buena.

Un par de minutos más tarde su respiración se había normalizado, y ahora simplemente culminaba su trayecto caminando lentamente a su domicilio para bañarse y seguir con las actividades del día a día. De pronto el hombre no se fijó por donde caminaba, y justo en su trayecto había una tapa de alcantarillado abierta, cayendo en el agujero.

El hombre no entendía bien lo que estaba sucediendo en esos momentos. Ya habían pasado cerca de treinta segundos desde que cayó por el agujero y tomó conciencia de ello, y sin embargo seguía cayendo. La velocidad a la que caía parecía aumentar a cada segundo escasamente, pero dado el tiempo se estaba haciendo cada vez más incómoda la sensación de peso llevándolo hacia abajo. El hombre estaba muy asustado, pero nada podía hacer para salir de esa situación.

Cinco minutos más tarde el hombre seguía cayendo. Una serie de ideas pasaron por su mente en ese tiempo. Pensó en que caería hasta salir por otro agujero al otro lado del mundo; su mente intentaba imaginar en qué parte del planeta emergería, para saber qué le pasaría. Luego pensó en que al acercarse al centro de la tierra la temperatura aumentaría y terminaría muriendo calcinado antes de llegar a alguna parte. Inclusive pensó en que terminaría su caída en el infierno; sin embargo lo desestimó casi al instante, pues no creía en el cielo o el infierno.

El cuerpo del hombre yacía a diez metros de profundidad en la alcantarilla seca. Su cuello y cabeza habían colapsado con el impacto, acabando con su vida en el instante; mientras tanto su mente seguía cayendo dentro de su alma, hasta que tomara conciencia de lo sucedido y pasara lo que debería pasar.